MÉXICO.- La agricultura familiar ha sido subestimada en
Latinoamérica, donde los predios agrícolas a pequeña escala ocupan casi
un 35 % del total del área cultivada, señaló hoy el presidente del Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Kanayo Nwanze.
Nwanze indicó que la conclusión general del
estudio "Agricultura Familiar en América Latina", que hoy presentó en
Ciudad de México, es que el papel de esta actividad es muy importante en
el desarrollo nacional.
El funcionario internacional, de nacionalidad nigeriana, subrayó que
este tipo de agricultura ha sido subestimada no sólo en términos de su
impacto potencial en el mejoramiento de la seguridad alimentaria, "sino
también porque proporciona una oportunidad para generar trabajos".
"También crea riqueza y promueve la cohesión. Y los más exitosos
agricultores familiares son los que tienen más probabilidades de
quedarse en áreas rurales", expuso.
De acuerdo con Nwanze, ello subraya la necesidad de que los Gobiernos
destinen inversiones al desarrollo rural de forma tal que "el aumento
de productividad de los pequeños agricultores esté vinculado con
inversiones en infraestructura, es decir, caminos, electricidad,
escuelas, servicios sociales, clínicas".
Nwanze presentó el estudio en el marco de una visita de trabajo a
México del 9 al 13 de julio para dialogar con autoridades del Gobierno
sobre los avances del país en materia de desarrollo agrícola en zonas
rurales.
El estudio, elaborado por el FIDA y el Centro Latinoamericano para el
Desarrollo Rural, analiza la situación regional de la agricultura
familiar, centrado en seis países: Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
Guatemala y México.
Señala que en los países en desarrollo habitan 5.500 millones de personas, y 3.000 millones de ellas viven en áreas rurales.
"De esos habitantes rurales, 2.500 millones pertenecen a hogares
involucrados en la agricultura y 1.500 millones están en hogares de
pequeña producción agrícola. En América Latina, los predios agrícolas de
pequeña escala ocupan casi un 35 % del total del área cultivada",
indica.
El documento afirma que la permanencia y participación de esta
actividad son fundamentales ante el reto de alimentar a los 9.000
millones de personas que habitarán el planeta en el año 2050, "en el
contexto del cambio climático y la transición demográfica, quizá los dos
procesos estructurales más trascendentales que afectan al orbe".
El estudio destaca que la agricultura familiar se caracteriza por ser
heterogénea, y que los agricultores en general, y en particular los
familiares, obtienen una parte cada vez mayor de sus ingresos por
actividades no agrícolas, incluso de las transferencias gubernamentales y
las remesas.
"Es necesario que las políticas actuales y las que están por venir
dirigidas a la agricultura familiar amplíen su enfoque más allá de la
propiedad rural e integren el desarrollo rural y la seguridad
alimentaria", sostiene.
Asimismo, recomienda que las políticas destinadas a esta actividad
dejen "atrás la excesiva dependencia respecto del Gobierno, así como las
soluciones y propuestas que tratan a los agricultores familiares como
pobres y dependientes crónicos".
"Tal enfoque genera clientelismo y perpetúa los ciclos viciosos que
hacen a los productores más dependientes de la políticas en lugar de
capacitarlos", enfatizó el FIDA, una agencia de Naciones Unidas
establecida formalmente en 1977 y con sede en Roma, Italia.
El FIDA apoya a las personas en comunidades rurales de países en
desarrollo para que incrementen sus ingresos y con ello garanticen su
seguridad alimentaria, y sus recursos financieros provienen
principalmente de las aportaciones voluntarias de sus Estados miembros.
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