MADRID.- La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas)
ha advertido de que la caída de las exportaciones y el aumento de las
importaciones y su consiguiente impacto en la reducción del déficit por
cuenta corriente puede poner en peligro la recuperación económica, dado
que volvería a aparecer la tendencia creciente de la deuda.
En el último 'Cuadernos de Información Económica', Ángel Laborda y
María Jesús Fernández, destacan que estos rasgos de la economía
española que han comenzado a observarse no son "deseables ni sostenibles
a medio plazo", dado que pueden traducirse en una aportación negativa
del sector exterior al crecimiento del PIB y en una reducción del
incipiente superávit por cuenta corriente como ya ha sucedido en el
primer trimestre.
"Es difícil imaginar que en tales condiciones pudiera consolidarse
una verdadera recuperación", subrayan los autores, que piden al
Gobierno que la orientación de política económica debe seguir centrada
en potenciar las exportaciones más que el consumo y en progresar en la
consolidación de los desequilibrios del sector público, con la vista
puesta en elevar la capacidad de ahorro de la economía.
Por otro lado, asegura que otro riesgo para la recuperación
económica proviene del exterior, del peligro de que se generen tensiones
en los mercados financieros como consecuencia de la progresiva retirada
de las medidas de expansión cuantitativa en Estados Unidos y del
aumento de los tipos de interés en ese país, así como del peligro del
"pinchazo de posibles burbujas en los mercados financieros".
A pesar de estas advertencias, Funcas, que mantiene en el 1,4% su
previsión de crecimiento para este año y en el 2,2% la de 2015, asegura
que la recuperación de la economía española se va consolidando
progresivamente y el crecimiento del PIB va tomando fuerza y ya ha
empezado a crearse empleo.
El perfil trimestral del PIB que estiman las cajas de ahorros
pasan por un aumento de entre el 0,5% y el 0,6% en lo que queda de año,
lo que en términos interanuales representa un ritmo de crecimiento de
entre el 2% y el 2,5%.
Al mismo tiempo, resalta que continúan los procesos de
desapalancamiento del sector privado, lo que no es incompatible con que
empiecen a aumentar los flujos de crédito nuevo en este sector. Además,
indica que las condiciones financieras para el conjunto de la economía
mejoran visiblemente como consecuencia tanto del saneamiento como de la
recapitalización del sector financiero.
En otro estudio de 'Cuadernos de Información Económica', Violeta
Ruiz y Alain Cuenca abordan la evolución del marco de estabilidad
presupuestaria de las comunidades autónomas tras la reforma de la
Constitución en 2011. Desde entonces se han establecido nuevas normas de
disciplina presupuestaria y se han creado instrumentos extraordinarios
de financiación del déficit autonómico (Fondo para la Financiación de
los Pagos a Proveedores y Fondo de Liquidez Autonómica), estos últimos
acompañados de "severos" mecanismos de control.
Estos fondos, según los autores, han servido para saldar las
deudas con proveedores y para dar acceso a la financiación a las
comunidades con dificultades para financiarse por otras vías. En
conjunto, se han obtenido resultados positivos en términos de reducción
del déficit, aunque la deuda ha seguido aumentando, y ha mejorado la
percepción internacional sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas
de España. Por otra parte, el artículo señala que la asistencia de la
administración central para obtener financiación puede debilitar la
disciplina presupuestaria, razón por la cual los fondos deberían tener
"una duración limitada".
En otro artículo, Iker Goicoechea y Carmen López concluyen que la
deuda de las entidades locales ha registrado un comportamiento muy
distinto al de los otros niveles de gobierno, dado que es el único nivel
administrativo que registra superávit en sus cuentas desde 2012 y tiene
el menor ritmo de crecimiento de su endeudamiento desde el inicio de la
crisis.
Para los autores, es de esperar que el esfuerzo de consolidación
desarrollado siga favoreciendo la mejora de su posición de solvencia,
aunque afirman que algunas entidades seguirán necesitando de la
asistencia del Estado.
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