VIGO.- El profesor Finn Kydland, premio Nobel 2004 de
Economía, ha criticado hoy la "poca amplitud de miras" y la tentación
habitual de caer en el cortoplacismo de las políticas económicas de los
gobernantes, que dibujan un panorama de incertidumbre que está
alcanzando "niveles insospechados".
Kydland, que ha ofrecido hoy una conferencia en Vigo, ha advertido
del riesgo de que se prolongue en el tiempo la ralentización económica
por culpa, precisamente, de la falta de "compromiso" por parte de los
gobiernos con estrategias a largo plazo, lo que resta "credibilidad" a
sus países ante los inversores.
El economista noruego, que compartió Nobel con Edward Prescott por
sus contribuciones a la macroeconomía dinámica y su trabajo en la
consistencia temporal de la política económica y las fuerzas impulsoras
de los ciclos económicos, ha abogado también por la independencia de los
bancos centrales.
En el caso concreto de España, ha hecho especial hincapié en que "la
clave" para superar la recesión es precisamente mejorar los índices de
productividad por hora trabajada, y sin embargo se está prestando, en su
opinión, una "atención excesiva" a cuestiones "absurdas".
También ha puesto una "señal de alarma" en las dificultades de las
pymes de acceder al crédito por parte de las entidades financieras, y ha
advertido de que "ralentizar la actividad" no es la manera de recuperar
unas "curvas de productividad deseables".
El profesor Timothy Kehoe, catedrático de la Universidad de
Minnesota, que ha acompañado a Kydland en su conferencia en Vigo, ha
considerado que las reformas del Gobierno de España se han quedado
"cortas", como la del sistema financiero, y que algunas, como la del
mercado laboral, se han revelado ineficaces.
Kehoe ha hecho hincapié en que "un trocito de crecimiento positivo"
del PIB "no significa recuperación; se necesita mucho más", como por
ejemplo reducir los índices de paro y propiciar el aprovechamiento de
"muchos recursos sin utilizar".
Al igual que su colega, ha resaltado que "el gran problema" de la
economía española es el nulo crecimiento de su productividad entre 2000 y
2011, una circunstancia "horrible" que hace que el país esté "perdiendo
cada vez más territorio" en el concierto económico internacional.
Kehoe también ha puesto el acento en los costes, de tiempo y de
dinero, para abrir una empresa en España, que figura en el ránking del
Banco Mundial por debajo de varios países africanos.
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