jueves, 24 de julio de 2014

El FMI pide a los bancos centrales que mantengan unos tipos bajos aunque la economía exija subirlos

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reclamado que se mantengan los esfuerzos para apoyar el necesario crecimiento de la economía mundial, y ha pedido en concreto a los bancos centrales de los países avanzados que mantengan su política acomodaticia aunque la inflación y la situación económica exijan una subida de tipos.

   En la actualización de su informe 'Perspectiva Económica Mundial', el FMI señala que el crecimiento mundial más débil de lo previsto para el primer semestre de este año demuestra que sigue "siendo prioritario  elevar el crecimiento efectivo y potencial en la mayoría de las economías".
   En este sentido, añade que, aunque factores temporales han incidido en la desaceleración en las principales economías avanzadas en el primer trimestre, aún no se ha observado un fuerte impulso de la demanda, a pesar de que los tipos siguen en un nivel muy bajo y de que los factores que frenan la recuperación, como la consolidación fiscal y las condiciones financieras restrictivas, han disminuido.
   "Por lo tanto, la política monetaria debería seguir siendo acomodaticia en todas las principales economías avanzadas, aunque las perspectivas de inflación y capacidad económica ociosa en el escenario base exijan una normalización gradual en diferentes momentos", remarca.
   Asimismo, la institución dirigida por Christine Lagarde también defiende que el ritmo y la composición del ajuste fiscal deberían adaptarse con el fin de apoyar la recuperación y el crecimiento a largo plazo.
   En esta línea, vuelve a señalar que en muchas economías, tanto avanzadas como de mercados emergentes, se necesitan "urgentemente reformas estructurales para afianzar el crecimiento potencial o para lograr un crecimiento más sostenible".
   Por otro lado, reclama que se complete la reforma de las regulaciones financieras y se sigan desarrollando y utilizando las herramientas macroprudenciales para limitar los riesgos a la estabilidad financiera relacionados con el nivel bajo y continuo de las tasas de interés.
   En el caso de las economías emergentes y en desarrollo, apunta que aún están adaptándose a las condiciones financieras más restrictivas y al aumento implícito del coste del capital, así como a trayectorias más débiles del crecimiento a medio plazo. Por ello, señala que las opciones de política para apoyar el crecimiento son más limitadas y tienen un escaso margen de maniobra de la política macroeconómica.
   Para ayudar a crear ese margen de maniobra, apuesta por permitir que los tipos de cambio respondan a la evolución de los fundamentos económicos y, según corresponda, aborden los problemas de presión inflacionaria y credibilidad de las políticas.

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