viernes, 18 de julio de 2014

Concluye la sexta ronda de las negociaciones sobre el tratado trasatlántico

BRUSELAS.- La sexta ronda de negociaciones sobre el Tratado Trasatlántico entre Estados Unidos y la Unión Europea concluyó hoy bajo las críticas de la falta de transparencia y el rechazo de organizaciones sociales a la firma de ese pacto. 

Según declararon en conferencia de prensa los jefes negociadores, las discusiones esta semana estuvieron centradas en nueve sectores: entre ellos la industria automovilística, los productos químicos, farmacéuticos, textiles y el material médico.

En el tema energético, la demanda de Europa de abrir un capítulo particular en el seno del acuerdo respecto a la explotación y exportación del gas de esquisto todavía no se ha zanjado, dijo el representante estadounidense, Dan Mullaney.

"Muchas cosas han cambiado después que iniciamos las negociaciones en julio de 2013, añadió Mullaney, sin dar precisiones.

Mientras, el jefe negociador de la Unión Europea (UE), Ignacio García Becerro, afirmó que las conversaciones han sido "muy intensas y muy técnicas", lo cual es necesario -dijo- para poder tomar decisiones políticas más tarde.

Sobre la demanda de algunos sectores de que se dé a conocer el mandato de negociación, el representante norteamericano respondió que "nosotros no hacemos público el texto preciso de las conversaciones".

Washington y la UE esperan concluir el año próximo el proceso hacia el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés).

Este pacto prevé crear la zona de libre comercio más grande del mundo, con unos 800 millones de consumidores, el 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el 30 del intercambio global.

Mientras se efectuaba la reunión, decenas de personas se concentraron frente a la sede de la Comisión Europea para rechazar el TTIP, también conocido como Tafta.

El Colectivo "Stop TTIP", que agrupa a 150 organizaciones de 19 países miembros de la UE, considera que el acuerdo socavará los pilares del modelo social europeo y "consagrará la dominación de las multinacionales en detrimento de los ciudadanos de ambos lados del océano".

La sociedad civil denunció que las negociaciones se desarrollan a espaldas de los pueblos de Europa y América del Norte.

Esta semana el electo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, abogó por una mayor transparencia en el diálogo.

El acuerdo no será alcanzado a cualquier precio, dijo Juncker ante el Parlamento Europeo, y añadió que este continente no puede abandonar sus estándares de salud, sus normas sociales y sus requisitos en materia de protección de datos.

El funcionario, quien se manifestó a favor de la firma de ese pacto, advirtió que si no se publican los documentos pertinentes, el tratado fracasará ante la opinión pública, la Eurocámara y los parlamentos nacionales.

Estamos realizando un importante trabajo técnico necesario para lograr progresos, que no produce titulares pero que es crítico", indicó en rueda de prensa al término de la semana de trabajos en la capital belga el jefe negociador estadounidense, Dan Mullaney.

El líder del equipo negociador europeo, Ignacio García Bercero, dijo por su parte que el TTIP, que prevé crear la mayor área de libre comercio del mundo al representar la mitad de la actividad económica global, será una de las "prioridades" para la próxima Comisión Europea (CE) que tomará posesión este otoño.

La negociación del acuerdo, que arrancó hace un año, está inmersa en una "intensa discusión" técnica, un "trabajo esencial para preparar las decisiones políticas que habrá que tomar en la última fase" de las conversaciones, dijo García Bercero.

En esta ronda se abordaron los "típicos asuntos" relacionados con el acceso a mercados: tarifas, servicios o licitaciones públicas, explicó, y detalló que las partes están logrando convergencia en asuntos como coches, químicos, productos farmacéuticos, equipos médicos, cosméticos, ingeniería, textiles o tecnologías de la información y la comunicación.

Señaló asimismo que la agenda reguladora "acapara gran parte del tiempo", dado que "es una parte importante que hace que el TTIP sea diferente de otros acuerdos".

García Bercero hizo hincapié en el "compromiso justo e inequívoco" de la UE de que "no se hará nada que perjudique o rebaje" las disposiciones sobre la salud o el medioambiente que figure en las regulaciones comunitarias.

"Reforzar la cooperación reguladora es esencial si ambos queremos tener un papel fundamental en el desarrollo de estándares mundiales", subrayó.

Mullaney también aseguró que el tratado incluirá "alta protección para el medioambiente, las personas y los trabajadores", y que tendrá en cuenta las "áreas de profunda preocupación para la sociedad civil".

Destacó además que uno de los aspectos en los que se negocia más intensamente es en el de las normas sanitarias y fitosanitarias, en el que las partes están cerca de llegar a un texto consolidado, al igual que en pymes, telecomunicaciones o facilitación del comercio.

Sobre la petición de Europa de que el TTIP incluya un capítulo aparte sobre energía y materias primas, García Bercero dijo que "sin prejuzgar si lo habrá al final (...) son muy importantes las discusiones que estamos manteniendo" sobre el asunto.

"No es que la energía sea un problema. Pero si las provisiones ya existen en otras partes del acuerdo y lo ponemos en un capítulo aparte, no vemos cuál puede ser el potencial valor añadido", argumentó Mullaney.

El negociador europeo también dijo que esperan tener para noviembre un informe sobre las 50.000 respuestas recabadas en la consulta pública sobre la inclusión en el pacto de un instrumento de solución de controversias inversor-Estado (ISDS, en sus siglas en inglés), criticado por algunos sectores por la posibilidad de que menoscabe la legislación en favor del interés público.

García Bercero indicó que en la semana hubo encuentros con cerca de 400 representantes de diferentes sectores de la sociedad civil, ONG y empresas, en los que "se presentaron ideas interesantes", y reiteró que "nuestras puertas están abiertas" y que "estamos dispuestos a escuchar".

Mientras, ONG organizaron una "cumbre alternativa" en Bruselas que hoy incluyó una manifestación de decenas de militantes ante la sede de la CE para denunciar la posibilidad de que el acuerdo incluya un ISDS, en particular, pero también la "opacidad" de las conversaciones, por lo que reclamaron poder acceder a los documentos que hay sobre la mesa, informó la agencia belga.

Precisamente esta semana, en un debate en el pleno del Parlamento Europeo con el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, eurodiputados de todos los grupos políticos reclamaron que los ciudadanos deben estar "mejor informados" sobre los progresos de esta negociación.

Por su parte, la patronal europea, BusinessEurope, dijo en un comunicado tener la convicción de que el TTIP supone una "oportunidad única para dar forma a la globalización de acuerdo con estándares de alto nivel" que existen en la UE y EEUU, especialmente en sectores como la salud, la seguridad de los consumidores, el medioambiente o el trabajo.

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