LA HABANA.- Las nuevas normas aduaneras anunciadas en Cuba para limitar las
importaciones no comerciales han levantado una ola de polémica en la
isla, donde las críticas han llevado incluso a debates sobre las
reformas económicas, el mercado y hasta la emigración por parte de
analistas y blogueros.
Las medidas, que comenzarán a regir el 1
de septiembre próximo, reducen la cantidad de artículos que los viajeros
cubanos podrán introducir en el país o recibir por envíos postales,
para evitar así importaciones que tienen como fin la "comercialización" y
el "lucro", según precisó la Aduana cubana anoche.
Desde su anuncio la
semana pasada, la prensa oficial (toda controlada por el Estado) ha
tenido que dedicar varios espacios a explicar la norma, decenas de
lectores han enviado dudas y críticas a los medios, y analistas y
blogueros se han pronunciado.
"Lo que está ocurriendo puede ser
intencional para sabotear la Revolución Cubana o quizá es pura
incapacidad administrativa, lo cual sería peor y mucho más triste porque
entonces el proyecto nacional perecería de la mano de quienes están
encargados de salvarlo", publicó el blog "La Joven Cuba", liderado por
un grupo de universitarios que aborda fundamentalmente temas políticos.
El
texto de Harold Cárdenas, uno de los fundadores de esa bitácora,
insistió en que la única explicación para medidas impopulares como esta y
otras recientes (por ejemplo, vetar los cines 3D privados y autorizar
la venta de vehículos, pero a precios prohibitivos) es que "alguien
quiere que caiga el sistema".
El diario Granma, portavoz del
gobernante Partido Comunista de Cuba, admitió hoy que muchos de sus
lectores han visto las regulaciones como "incomprensivas y alejadas de
la realidad cubana; injustas, demasiado administrativas", y no acordes
con las reformas económicas que impulsa el Gobierno de Raúl Castro para
"actualizar" el socialismo.
"La Aduana sólo ejecuta medidas
tomadas por quienes analizan y controlan nuestra realidad económica. Es
de esperar que estos responsables sepan explicarse mejor", aseveró esta madrugada en su blog personal el cantautor Silvio Rodríguez, sumándose al
debate.
Funcionarios de la Aduana, citados por Granma,
explicaron que "las resoluciones (...) están encaminadas a regular la
importación no comercial, pues ella no puede ser la vía para abastecer
las actividades de distintas formas de gestión no estatal como los
cuentapropistas".
"Para eso habría que pensar en una fórmula o
norma que permita la importación con carácter comercial", señaló al
periódico un vicejefe de esa entidad.
La decisión pasa por los
intentos del Gobierno de eliminar el negocio de "mulas", principalmente
provenientes de Miami o países latinoamericanos, que alimentan el vasto
mercado negro que existe en la isla, donde la red minorista que controla
el Estado tiene muchas carencias y altos precios.
Cuando el
Gobierno decidió en 2010 ampliar el sector privado, ese "tráfico"
aumentó y durante meses muchos negocios de los llamados
"cuentapropistas" vendieron abiertamente, y con la tolerancia de las
autoridades, productos importados por esa vía (ropa, accesorios,
móviles) hasta que en 2013 ese tipo de comercio fue prohibido y pasó a
la ilegalidad.
En los últimos días, usuarios de algunas webs
oficiales han advertido de que en todo el mundo hay límites aduaneros,
pero destacan que Cuba es un caso particular por unas circunstancias
económicas que podrían justificar ciertos "excesos" en las importaciones.
El
académico Esteban Morales resaltó en un artículo divulgado en la red
que "el problema de la importación ilegal no se va a solucionar, ni
medianamente, hasta que no haya en Cuba un mercado mayorista" que
permita a los privados, "que la propia política económica está
desarrollando", encontrar legalmente dónde adquirir suministros.
La
también académica Milena Recio, opinó en otro texto que ese mercado no
oficial tiene vida en Cuba "porque hay un evidente desequilibrio entre
la oferta (en cantidad y calidad) y la demanda".
"El hortelanismo
como política, donde no comes ni dejas comer, no trae ninguna ventaja,
ni resultará bueno para nadie", apuntó Recio en la web "Progreso
Semanal".
Desde ese mismo sitio, el diplomático e investigador
Jesús Arboleya sostuvo: "Más que concebirlo desde una perspectiva
negativa, tomando medidas impopulares dentro y fuera de Cuba, hay que
buscar la manera de organizar este comercio, no solo para facilitarlo,
sino también para dignificarlo".
La actual polémica sigue a la
que ya tuvo lugar hace dos años, cuando la Aduana encareció el pago de
aranceles -todavía vigente- e hizo aflorar el problema de la doble
moneda en el país.
Entonces se estableció que los cubanos pagan
en pesos cubanos los impuestos de su primer viaje anual, pero en otros
posteriores tienen que hacerlo en pesos convertibles (moneda dura,
equivalente a 24 pesos cubanos al cambio).
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