ROMA.- El ministro italiano de Economía, Pier Carlo Padoan, dijo que su
país va a aplicar reformas estructurales, abrir los mercados y fomentar
la inversión para lograr un crecimiento que le permita salir de la
crisis económica.
"Italia en Europa ha señalado tres pilares
fundamentales: mayor apertura de los mercados, reformas estructurales y
más inversión para lograr el crecimiento", afirmó Padoan durante su
intervención en la Cámara de los Diputados italiana.
El ministro
explicó ante el Parlamento las conclusiones alcanzadas en la reunión de
ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE), el Ecofin,
celebrada el pasado 8 de julio en Bruselas.
Y aseguró que "los
márgenes de actuación para el Gobierno son muy ajustados", pero que esto
"no debilita las perspectivas a medio plazo para la puesta en marcha de
reformas".
En este sentido, adelantó que el Gobierno de Matteo Renzi pretende aprobar, a corto plazo, dos decretos.
El
primero contempla el "envío de un borrador de la declaración de la
renta por parte de la administración pública a trabajadores y
jubilados", y otras "medidas que conciernen a la fiscalidad
internacional".
El segundo se refiere a la "reforma del catastro y su reorientación hacia los valores de mercado".
Además,
Padoan puso de relieve algunas políticas que ya ha aprobado el
Ejecutivo italiano, como la reducción del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas (IRPF) a quien gane menos de 24.000 euros anuales,
para destacar las acciones que el Partido Demócrata (PD) está llevando a
cabo con el objetivo de impulsar el crecimiento del país.
"La
estrategia del Gobierno es convergente con las recomendaciones de la
Comisión Europea, que combina acciones estructurales con el apoyo a las
familias, por ejemplo a través del bono fiscal, y las empresas, con
diversas medidas, incluyendo el reembolso de las deudas de la
Administración Pública", sostuvo.
Asimismo, Padoan se refirió a la
alta tasa de desempleo como un problema importante para Italia y
también para el conjunto de la UE, y señaló que la lucha para fomentar
el empleo debe ser una prioridad de los 28 estados miembros, no solo en
los próximos seis meses de presidencia italiana, sino en los próximos
años.
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