QUITO.- Las negociaciones para un acuerdo comercial entre Ecuador
y la Unión Europea (UE) avanzan en Bruselas con la certeza de Quito de
que no cederá en las que llama "líneas rojas" y con dudas de sectores,
como el campesino, que teme afectaciones a tenor de la experiencias de
sus similares de Colombia y Perú.
Y es que mientras en Bruselas los negociadores europeos y
ecuatorianos avanzan en los diálogos a puerta cerrada en el marco de una
cuarta ronda de conversaciones, en Quito representantes de
organizaciones campesinas e indígenas reclaman más información y piden
un "gran debate" público a siete meses de reiniciado el diálogo.
Esto, que podría parecer extemporáneo si se contrapone a un reciente pronunciamiento del presidente de Ecuador, Rafael Correa,
sobre su esperanza de que la cuarta sea la última ronda de
negociaciones, es para Romelio Gualán, presidente de la Coordinadora
Nacional Campesina, un acto necesario ante lo que consideran un escaso
flujo de información durante los diálogos.
Gualán señaló, además, que si se llega a firmar el acuerdo, aún debe pronunciarse al respecto la Asamblea Nacional (parlamento).
¿Habrá subsidios para el sector? y ¿qué va a pasar con el eventual
uso obligatorio de ciertas semillas certificadas? son algunos de los
interrogantes de los campesinos que están preocupados por la
eventualidad de tener que afrontar los problemas que, dicen, ahora viven
sus colegas de Colombia y Perú.
Para Luis Andrango, otro representante de los campesinos, está claro
que "lo máximo que se podría alcanzar en una negociación son las mismas
condiciones que ya lograron Perú y Colombia" donde, en su opinión, la
agricultura campesina ha visto "efectos nocivos".
Tiene esa certeza pese a que entre los temas a resolver en la cuarta
ronda figuran las licitaciones públicas, acceso de productos agrícolas,
en especial el banano, y el acceso al mercado de bienes industriales,
según fuentes comunitarias.
Sin ponerse en el plano de la oposición radical, Gualán quiere un
debate, pues las organizaciones campesinas temen que un acuerdo con la
UE represente "una amenaza para la subsistencia de los campesinos, sus
familias y todas las personas a quienes alimentan".
Las dudas de los campesinos se mantienen aunque Correa ha subrayado
que negocian con la UE "muy firmemente" para obtener las "mejores
ventajas, soluciones" para Ecuador.
Quito ha dejado claro que se va a integrar en el acuerdo multipartito
acordado entre la UE y Colombia y Perú, pero adaptando el texto ya
acordado con esos países a sus "particularidades específicas" y teniendo
en cuenta que Ecuador está menos desarrollado que sus vecinos andinos.
Ecuador abandonó en 2009 las negociaciones que mantenía junto a
Colombia y Perú de un tratado comercial con la UE, por considerar que
los resultados no iban encaminados a favorecer el desarrollo del país.
Correa dijo esta semana que aún hay "puntos de conflicto", en la
negociación, uno que otro "muy importante", y la Coordinadora Nacional
Campesina -presente en 18 de las 24 provincias de Ecuador- que le ha
escuchado mencionar entre los temas sensibles las compras públicas y
propiedad intelectual, quiere más detalles sobre lo que él llama las
"líneas rojas" que no está dispuesto a cruzar.
Además de esas "líneas", hay dos situaciones que orbitan en las
negociaciones: el anunciado fin de las preferencias arancelarias
europeas de que ahora goza el país en diciembre venidero y el hecho de
que Colombia y Perú, que compiten con productos similares a los de
Ecuador, ya tienen suscrito un acuerdo.
Ecuador ha solicitado a la UE que extienda el Sistema General de
Preferencias arancelarias (SGP-plus), hasta que se ponga en marcha el
acuerdo a fin de no perder mientras tanto los beneficios arancelarios de
que dispone en la actualidad el sector exterior ecuatoriano, que
quedaría en desventaja frente a competidores de países que ya han
suscrito el acuerdo multipartes.
La UE recibe el 30 % de las exportaciones no petroleras de Ecuador, que tiene superávit comercial con el bloque europeo.
Las mayores ventas se producen en productos como las conservas de
atún, palmito, banano, camarones, cacao, flores, aceites, productos de
madera, jugos de frutas, café y té, entre otros.
Según cifras de la UE, en 2012 los países europeos registraron
importaciones de Ecuador por valor de 3.344 millones de dólares,
mientras que sus exportaciones al país andino ascendieron a 3.204
millones de dólares.
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