LONDRES.- El grupo Estado Islámico de Irak (ISIS)
podría crecer suficientemente como para atacar a la población en
las calles de Gran Bretaña al menos que se tomen acciones para
prevenirlo, entre ellas ataques militares, afirmó el primer
ministro británico, David Cameron.
El mandatario, que escribió un editorial en el dominical The Sunday Telegraph, dijo que una "respuesta humanitaria" a la crisis provocada por el ISIS no es suficiente, al indicar que es necesaria "una respuesta firme de seguridad".
"La verdadera seguridad sólo será lograda si utilizamos todos nuestros recursos: ayuda, diplomacia y nuestro poder militar, para ayudar conseguir un mundo más estable", afirmó Cameron.
"Si no actuamos para evitar la matanza por parte de este movimiento terrorista excepcionalmente peligroso, crecerá aún más fuerte hasta que nos ataque en las calles de Gran Bretaña", subrayó.
El jefe del gobierno británico advirtió que si el grupo jihadista "logra crear el llamado califato", el Reino Unido "enfrentará un Estado terrorista en las costas del Mediterráneo y fronterizo a un miembro de la OTAN".
Gran Bretaña hasta ahora sólo ha realizado tareas de ayuda humanitaria en el norte de Irak a partir de envíos con aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea británica, aunque Cameron se mostró a favor de "medidas políticas más amplias, diplomáticas y de seguridad".
"Precisamos de una respuesta firme de seguridad, ya sea en la forma de una acción militar contra estos terroristas, cooperación internacional en materia de Inteligencia y anti-terrorista o una acción sin concesiones contra terroristas en nuestro país", escribió.
El Primer Ministro sugirió que cualquier persona en el Reino Unido que despliegue en la vía pública una bandera del Estado islámico debería ser arrestado.
Aunque aclaró que no se trata de una "guerra contra el terrorismo", Cameron sostuvo que es "una batalla entre el Islam por una parte, y por el otro lado extremistas que quieren abusar del Islam".
Por su parte, el ministro para Comunidades, Stephen Williams, afirmó en una entrevista con la Radio 5 de la BBC que los ciudadanos británicos que incentivan a otros a sumarse al ISIS "deberían enfrentar toda la fuerza de la ley".
Este fin de semana, el obispo de Leeds, el reverendo Nicholas Baines, afirmó que muchas autoridades de alto rango en la Iglesia Anglicana de Inglaterra están seriamente preocupados por la postura que Gran Bretaña está tomando en la crisis de Irak. Baines le escribió una misiva a Cameron pidiéndole al gobierno que cambie de posición al respecto ante el avance de los jihadistas islamistas.
"Detrás de esta cuestión está la preocupación seria de que no parecemos contar con un plan coherente o amplio contra el extremismo islámico a medida que avanza en el mundo", escribió el obispo en la misiva, la cual recibió el apoyo del arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Baines criticó el "creciente silencio" del gobierno británico ante el pedido de decenas de miles de cristianos perseguidos en Irak, y preguntó si éstos podrían ser refugiados en Gran Bretaña.
En ese sentido, el obispo de Manchester, el reverendo David Walker, afirmó a la BBC que el gobierno "está incumpliendo con su obligación moral".
Al comienzo de este año, Cameron había indicado que los jihadistas del Estado Islámico estaban planeando atentados terroristas en suelo británico.
Se estima que al menos 400 militantes jihadistas son británicos reclutados y entrenados en Irak. El gobierno también informó que 69 personas sospechadas de actividades de jihadismo en Siria fueron arrestadas en los últimos 18 meses, incluidas 40 personas en el primer trimestre del año. Al menos 1,2 millones de iraquíes han huido de sus casas y todos los cristianos y yasidíes se vieron obligados a huir hacia el norte. También los chiitas, que para el ISIS no son verdaderos musulmanes, se han visto forzados a abandonar sus hogares.
El cerco a los yasidíes llevó a Estados Unidos a comenzar a lanzar ataques aéreos contra los islamistas.
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