GINEBRA.- La decisión de la India de bloquear un acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que
simplificaba las normas aduaneras es un golpe potencialmente fatal para
la entidad y su importancia dentro de los pactos comerciales
multilaterales.
En el corto plazo es un revés para un comercio más libre. Para el
futuro, significa que la liberalización comercial podría avanzar, en
todo caso, entre grupos más restringidos de países, negándole a los
disidentes opciones de bloquear los progresos.
Aunque el rígido grupo de 160 miembros sobrevivirá como un cuerpo
para aplicar los acuerdos multilaterales existentes, otros grupos
pequeños de países con ideas afines intentan avanzar para apurar la
actualización de las reglas comerciales entre ellos.
"Sin una reorganización seria, el futuro de la OMC se parece al de
la Liga de las Naciones", dijo Simon Evenett, un profesor del Instituto
Suizo de Economía Internacional. "Tal vez finalmente eso es lo que
algunos gobiernos quieren", dijo.
La semana pasada, India vetó la adopción de un tratado para
simplificar, estandarizar y hacer más eficiente las reglas para exportar
bienes a través de las fronteras, tras haber aprobado previamente sus
términos en una conferencia ministerial realizada en Bali en diciembre.
India bloqueó el texto porque quería que se prestara una mayor atención a sus preocupaciones sobre la seguridad alimentaria.
Tras generar una amplia desaprobación, la nación con la segunda
mayor población del mundo ahora dice que quiere mantener con vida el
tratado, con reafirmaciones más sólidas sobre su necesaria protección de
su seguridad alimentaria, hasta que se encuentre una solución
permanente al conflicto.
Pero las tácticas de India volvieron a despertar un fantasma de la
OMC que muchos diplomáticos esperaban haber dejado atrás: la idea de las
"conexiones".
Ligar negociaciones no vinculadas fue la razón principal para el
colapso de la ronda de Doha para las conversaciones comerciales que
comenzaron en 2001.
El borrador del acuerdo sobre reglas aduaneras, conocido como
"facilitación del comercio", era algo que se suponía que todos podrían
aceptar, lo que podría darle un nuevo impulso a la OMC, abatida por una
década de negociaciones fallidas.
Pero existían pocas ilusiones sobre la salud general del organismo.
"La ronda de Doha ha estado muerta desde por lo menos cuando fracasó
el último gran impulso en el 2011", dijo Richard Baldwin, profesor de
economía internacional en el Graduate Institute en Ginebra.
"El paquete de Bali sólo fue una forma de poner flores frescas sobre
la tumba para recordarle a la gente lo que desapareció", agregó.
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