PANAMÁ.- Casi 300 pilotos representan la herencia de los que han
manejado más de un millón de barcos por el Canal de Panamá en un siglo,
son los prácticos, quienes cuentan parte de su historia en su primer
libro memoria.
Con dos mujeres en sus filas, los orgullosos garantes de que en el
Canal de Panamá se generen más de 2.000 millones de dólares de ingresos
anuales con un reporte de incidentes del 0,14 % entre más de 13.000
barcos que pasan la ruta cada año, publicaron recientemente su obra "100
años uniendo los mares", una historia rica en anécdotas.
Compilada y estructurada "contra el tiempo" por el escritor, actor y
publicista Luigi Lescure y el fotógrafo Tito Herrera, con un equipo
editorial de prácticos como apoyo, la obra es apenas un esbozo "de las
muchas historias que hemos ido descubriendo y que da para escribir
muchas más sobre el Canal de Panamá", explicó el presidente de los
pilotos, capitán Rainiero Salas.
"Somos buenos en lo que hacemos, somos orgullosamente empleados de la
Autoridad del Canal de Panamá (ACP), tenemos bajo nuestro mando no
solamente un buque, su tripulación, sino que también tenemos que correr
con los riesgos naturales del trabajo, las estructuras, el medio
ambiente", resaltó Salas.
Detalló que en cada tránsito el práctico coordina el trabajo de 150
empleados del Canal de Panamá, el único en el mundo donde el mando lo
asume un piloto de la vía acuática, sin importar el tipo de nave que
sea, incluyendo los submarinos nucleares que transitan por el atajo
entre el Atlántico y el Pacífico.
Desde que el griego John Constantine hiciera el primer tránsito
oficial, el 15 de agosto de 1914, con el vapor Ancón con 200 personas a
bordo, los prácticos han sido el factor clave para que la vía acuática
tenga el prestigio del que goza en la actualidad.
"Me llamó mucho la atención que en sus oficinas ellos tienen afiches
de todos los prácticos con sus nombres, desde el primero, lo que
demuestra una conciencia de grupo, de unidad, de respeto a sus
camaradas", dijo Lescure, autor de cuatro libros.
Señaló que era "tan abundante" la información aportada por los
pilotos, incluyendo fotos inéditas, que el trabajo fue titánico para
decidir qué iba y qué no.
El hilo conductor se inicia contando cómo llegan los prácticos a
Panamá, se describen cronológicamente hechos de su desempeño, se incluye
un reportaje de una travesía, para luego explicar la función actual del
piloto y proyectar cómo va a ser su trabajo a partir de la ampliación
del Canal de Panamá, detalló Lescure.
Añadió que "el principal legado, en el contexto del centenario del
Canal de Panamá, es que hemos difundido la historia de estos hombres que
operan ese canal, se habla mucho de la construcción, pero esta obra
cuenta la historia desde dentro, de un equipo que hace posible que el
canal opere eficientemente".
Resaltó que le "impresionó hacer la travesía, ver dos prácticos en
acción, de mentalidad diferente, con diferente estilo, pero idéntico
profesionalismo y compromiso" para cumplir con el tránsito.
Herrera, por su parte, dijo que hizo al menos seis tránsitos
"en diferentes buques y con diferentes prácticos" para captar su labor
actual y que hizo unas 500 fotografías.
"No he visto el libro, no se cuántas fotografías se utilizaron, pero
hubo que hacer también varias copias de material inédito y lo que me
impresionó es el primer manual que usaron los prácticos, es como un
pergamino delicado" que también tiene casi un siglo.
Salas señaló que en el libro enfocan "tímidamente" cómo va a ser su
trabajo en el canal ampliado porque hay mucho "desconocimiento" de
detalles de un servicio que debe comenzar en 2016 y atenderá buques tres
veces más grandes que los actuales panamax de 4.000 contenedores.
El desafió en el canal ampliado, además del tamaño de los buques, es
el nuevo sistema de posicionamiento dentro de las esclusas, con una
manera distinta de hacer el trabajo, que elimina el apoyo de las
locomotoras que en el canal centenario enganchan el barco para ayudar en
su paso, pues se emplearán solamente remolcadores.
Actualmente, el 98 % de los empleados son panameños, dijo Salas,
quien reconoció que la transición "fue posible gracias a que varios
prácticos estadounidenses estaban dispuestos a compartir sus
conocimientos con nosotros, pero hubo otros que no, que ni siquiera
dejaban que subieran al puente de mando".
El administrador del Canal de Panamá, Jorge Luis Quijano, explicó que semanas atrás se les presentó a los prácticos "una propuesta de
capacitación en línea con lo que ellos estaban buscando y más amplia", e
indicó que él viajó a Francia para conocer sobre los modelos de escala.
Precisó que llevar al menos quince años como práctico del Canal de
Panamá es uno de los requisitos fundamentales para poder conducir los
inmensos barcos pospanamax que pasarán por la vía acuática a partir de
2016, para lo cual se alquilará una de esas embarcaciones de hasta
12.000 contenedores para comenzar las maniobras en la esclusa del sector
Atlántico.
"La capacitación se va a dar sobre un buque real, el plan es fletar
un pospanamax para pasarlo por la esclusa que esté lista primero, puede
tomar tres meses, se iniciaría en el Atlántico si está terminada, para
que cuando ya esté la segunda, del Pacífico, haya prácticos preparados",
explicó.
De acuerdo con cifras de la ACP, actualmente en la vía acuática hay
241 prácticos con más de doce años de antigüedad en el cargo.
Si por el canal ampliado pasaran anualmente unos 2.000 barcos, la ACP
necesitaría al menos tener seis prácticos cada día disponibles para
acometer el tránsito, que en el actual se tarda unas ocho horas.
El tirada de la obra, editada en español e inglés, es de más de mil
copias, que se pondrán a la venta y también se llevarán a las
bibliotecas del país y a las academias marítimas del mundo, desde Rusia
hasta Argentina, donde se han capacitado los panameños, señaló Salas.
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