BRUSELAS.- El presidente del Eurogrupo, el
socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, ha avisado este miércoles
de que la recuperación en la eurozona es "muy frágil y desigual" debido a
la pérdida de impulso de Alemania, Francia e Italia y al impacto de la
crisis en Ucrania y las sanciones a Rusia y ha admitido que existe el
riesgo de un largo periodo de baja inflación que debe combatirse.
No obstante, Dijsselbloem ha apostado por mantener la política
económica de la UE basada en reducir el nivel de deuda pública y
privada, mejorar la competitividad con reformas estructurales y
completar la reparación del sector financiero. También ha defendido
medidas para reforzar el crecimiento, además de la actuación del Banco
Central Europeo (BCE) como el plan de inversión que prepara el próximo
presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, o el uso de la
flexibilidad que ya contempla el Pacto de Estabilidad, aunque ha
alertado de que "no vale todo".
"La recuperación en la eurozona sigue siendo muy frágil y
desigual", ha afirmado el jefe del Eurogrupo en una comparecencia ante
la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara. El crecimiento es
más fuerte en países como España, Portugal, Holanda o Irlanda, ha
señalado, y ello "tiene que ver con las reformas, que están dando
resultados en estos países". Pero no resulta suficiente para
contrarrestar la pérdida de impulso de Alemania, Francia o Italia.
"Hace un año había un optimismo general sobre la aceleración del
ritmo de crecimiento. Ahora debemos darnos cuenta de que varios grandes
países están mostrando un importante retroceso en esta recuperación
económica y la gran preocupación de todos es que nos quedemos atrapados
en este estancamiento", ha reconocido Dijsselbloem.
La crisis en Ucrania, ha subrayado el político holandés, "tiene un
efecto real en nuestra economía" ya que "está afectando a la confianza
de las empresas a la hora de invertir y de los consumidores a la hora de
gastar", además de a las compañías europeas que hacen negocio en Rusia y
Ucrania.
El presidente del Eurogrupo ha sostenido en todo caso que no
existe riesgo de deflación en la eurozona, pero sí de "un largo periodo
de baja inflación".
Para Dijsselbloem "no hay soluciones rápidas" a los problemas
económicos de la eurozona, y la respuesta no puede venir únicamente del
Banco Central, sino que "es una responsabilidad de toda la eurozona,
tanto de los políticos como de los banqueros".
El político holandés ha defendido que todavía hay que esperar a
los resultados de las medidas adoptadas por el BCE en junio para
estimular la economía y se ha mostrado convencido de que la institución
dirigida por Mario Draghi todavía no ha agotado todos sus instrumentos
para combatir la crisis. Al mismo tiempo, ha subrayado que "no debemos
esperar que todas las respuestas vengan del BCE y la política
monetaria".
La actuación del BCE debe completarse, de acuerdo con
Dijsselbloem, con el plan de inversión público-privado de 300.000
millones de euros que ha prometido Juncker y con el uso de la
flexibilidad ya prevista en el Pacto de Estabilidad y siempre a cambio
de reformas.
"No creo que el debate sobre la política presupuestaria deba ser
sobre si necesitamos acabar con el Pacto. El Pacto es crucial para
nuestra credibilidad y sostenibilidad financiera a largo plazo y dentro
del Pacto ya hay flexibilidad", ha afirmado el político holandés.
"Creo que debemos utilizar la flexibilidad que hay dentro del
Pacto sin dañar la credibilidad de lo que hemos acordado y me parece que
es posible. Pero la flexibilidad no significa que todo es posible", ha
apuntado Dijsselbloem. "Algunos países parecen creer que simplemente
utilizando la palabra flexibilidad sus problemas han desaparecido y no
es el caso", ha criticado sin citar a Italia y Francia.
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