viernes, 26 de septiembre de 2014

La FAO considera crucial la gestión de los oceános para la alimentación

NUEVA YORK.- El director general de la FAO, José Graziano da Silva, aseguró que una mejor gestión de los recursos oceánicos del planeta resulta crucial para garantizar la seguridad alimentaria mundial.

 Como parte de las actividades de la Cumbre del Clima y de la Asamblea General de la ONU, el máximo representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó sobre la importancia y urgencia de aprovechar estos grandes espacios marinos para la vida humana.

Da Silva afirmó que el 10 por ciento de la población mundial depende de la pesca para su sustento, y 4.300 millones de personas obtienen de ella el 15 por ciento de la proteína animal que consumen.

Para muchos países en desarrollo, añadió, el pescado es su producto más comercializado, y en particular para los insulares la contribución de los recursos del océano a la nutrición, los medios de vida, y el desarrollo es trascendental.

Según la última edición del informe de la FAO sobre el estado mundial de la pesca y la acuicultura, estos dos sectores se enfrentan a grandes retos, que van desde las prácticas de captura perjudiciales, la débil gobernanza y la mala gestión, a la lacra de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

Más allá de sus efectos negativos sobre el estado de los recursos pesqueros y el medio ambiente, la actividad ilegal conlleva un costo económico muy elevado -equivalente a unos 20.000 millones de dólares al año- según el responsable de la FAO.

Esa organización adopta medidas para promover la pesca sostenible y combatir la ilegal, promueve la adhesión a varios acuerdos internacionales, directrices voluntarias y la colaboración con la Organización Marítima Internacional con el fin de desarrollar un registro mundial de buques pesqueros.

También ha puesto en marcha la nueva iniciativa Crecimiento Azul, programa líder en las principales cuestiones relacionadas con los océanos y sus recursos, según Da Silva.

El modelo de economía azul pone énfasis en la conservación y la gestión sostenible, a partir de que los ecosistemas oceánicos saludables son más productivos y representan la única manera de garantizar economías sostenibles basadas en el mar.

Además, persigue garantizar que los pequeños Estados insulares y los costeros del mundo en desarrollo se benefician de manera equitativa de sus recursos marinos.

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