BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) acordó hoy la aplicación de nuevas sanciones
económicas contra Rusia por su posición en la crisis en Ucrania, donde
se instaló un gobierno ultraderechista, tras un golpe de Estado.
Tales medidas abarcan la esfera financiera, energética, militar y
tecnológica, en un intento por presionar a Moscú para abandonar su
rechazo al gobierno golpista, apoyo de la soberanía de Crimea y a la
causa de la población sublevada en el sureste ucraniano.
Los diplomáticos de los 28 estados de la UE debieron superar fuertes diferencias para llegar a un consenso sobre la puesta en práctica mañana del paquete de restricciones contra Rusia, cuya aplicación fue pospuesta en dos ocasiones desde el viernes pasado.
El aplazamiento de las medidas respondió a un acuerdo pactado en Minsk entre el gobierno del presidente y millonario ucraniano Piotr Poroshenko y las milicias federalistas de las regiones de Lugansk y Donetsk, donde desde abril pasado el ejército realiza una ofensiva.
Varios estados de la UE, incluido Alemania, habían solicitado esperar por la materialización de los puntos del arreglo pactado en la capital belarrusa, antes de poner en funcionamiento las sanciones.
Las medidas intentan restringir el acceso de las firmas rusas a los mercados de capitales, limitar la compra por Moscú de tecnología, sobre todo, para su empleo en la rama energética, y la suspensión de ventas o compras de técnica militar rusa en Europa.
El acuerdo de los diplomáticos de la entidad comunitaria aparece en medio de los llamados del comisario europeo de Energía, Guenther Dettinger, sobre la necesidad de una nueva reunión tripartita entre la UE, Rusia y Ucrania para abordar el asunto del suministro de gas.
Dettinger sugirió que el encuentro se realice el próximo día 20, en Berlín, el segundo después de otro efectuado en agosto último.
El 80 por ciento del gas exportado por Rusia a Europa pasa por el sistema de gasoductos de Ucrania, cuyo gobierno anunció su intención de abrirlo a inversionistas de Estados Unidos y la UE.
Los diplomáticos de los 28 estados de la UE debieron superar fuertes diferencias para llegar a un consenso sobre la puesta en práctica mañana del paquete de restricciones contra Rusia, cuya aplicación fue pospuesta en dos ocasiones desde el viernes pasado.
El aplazamiento de las medidas respondió a un acuerdo pactado en Minsk entre el gobierno del presidente y millonario ucraniano Piotr Poroshenko y las milicias federalistas de las regiones de Lugansk y Donetsk, donde desde abril pasado el ejército realiza una ofensiva.
Varios estados de la UE, incluido Alemania, habían solicitado esperar por la materialización de los puntos del arreglo pactado en la capital belarrusa, antes de poner en funcionamiento las sanciones.
Las medidas intentan restringir el acceso de las firmas rusas a los mercados de capitales, limitar la compra por Moscú de tecnología, sobre todo, para su empleo en la rama energética, y la suspensión de ventas o compras de técnica militar rusa en Europa.
El acuerdo de los diplomáticos de la entidad comunitaria aparece en medio de los llamados del comisario europeo de Energía, Guenther Dettinger, sobre la necesidad de una nueva reunión tripartita entre la UE, Rusia y Ucrania para abordar el asunto del suministro de gas.
Dettinger sugirió que el encuentro se realice el próximo día 20, en Berlín, el segundo después de otro efectuado en agosto último.
El 80 por ciento del gas exportado por Rusia a Europa pasa por el sistema de gasoductos de Ucrania, cuyo gobierno anunció su intención de abrirlo a inversionistas de Estados Unidos y la UE.
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