viernes, 5 de septiembre de 2014

Los problemas económicos lastran la popularidad del gobierno francés

PARÍS.- Con una aprobación de menos del 20 por ciento, François Hollande devino el presidente francés más impopular en cinco décadas, una situación que los analistas atribuyen hoy a los problemas económicos. 

 Las dos recientes encuestas realizadas aquí por la firma TNS Sofres y el Instituto de Estudios y Consejería CSA, dan al mandatario un apoyo de 13 y 19 por ciento, respectivamente.

"Es un récord absoluto, jamás visto", dijo Edouard Lecerf, director de TNS Sofres, quien se pregunta si con ese nivel de desconfianza, la palabra del presidente es todavía escuchada.

Se trata de los indicadores más bajos obtenidos por un jefe de Estado galo desde el comienzo de la V República, en 1958.

Hollande lleva 28 meses en el poder y en ese mismo período Jacques Chirac tenía una cota de confianza de 36 por ciento, François Miterrand de 43 y Nicolás Sarkoy, de 39.

La desaprobación de la ciudadanía a la gestión del gobierno afecta también al primer ministro Manuel Valls, quien ha tenido una caída vertiginosa desde que en abril asumió el cargo y dejó la cartera del Interior.

El sondeo de TNS Sofres otorga a Valls un 30 por ciento de popularidad, lo cual representa una baja de 14 puntos en solo dos meses.

El ejecutivo está lastrado por la situación económica, opina Bernard Sananés, del instituto CSA.

Añade Sananés que el estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB), la angustia por el desempleo y otros factores han creado un entorno de incertidumbre.

Ello se refleja en una pérdida de confianza de la ciudadanía tanto hacia los dirigentes políticos, como al mundo de los negocios, dijo.

Las encuestas fueron realizadas inmediatamente después de la pasada crisis en el gobierno, registrada a fines de agosto, cuando el Primer Ministro presentó la renuncia de su gabinete y Hollande le encargó conformar un nuevo equipo de trabajo.

El detonante de la crisis fueron las declaraciones del entonces titular de Economía Arnaud Montebourg, quien criticó públicamente las políticas de ajuste llevadas a cabo por el gobierno para cumplir sus compromisos con la Unión Europea (UE).

"Ya es hora de que Francia se resista a la obsesión de Alemania por la austeridad y busque medidas alternativas para apoyar el consumo doméstico en la eurozona", dijo Montebourg, quien fue excluido del nuevo gabinete.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos, el PIB galo permaneció estancado en el segundo trimestre del año, una situación idéntica a la registrada en el período enero-marzo.

Esa realidad obligó al ministro de Finanzas Michel Sapin a modificar las perspectivas de crecimiento para 2014, las cuales bajaron del uno al 0,5 por ciento.

En cuanto al desempleo, las cifras indican que afecta ya a más de 3.420.000 personas en edad laboral.

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