viernes, 26 de septiembre de 2014

El bloqueo de EE.UU. causa daños a la industria sideromecánica cubana

LA HABANA.- La industria sideromecánica cubana sufrió daños superiores a los 80 millones de dólares desde abril de 2013 hasta marzo último debido al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, informaron hoy autoridades del sector.

La diferencia de precios de importación por reubicación de mercados, el costo adicional que supone la inmovilización de recursos en inventario y los perjuicios monetario-financieros por la no utilización del dólar estadounidense estuvieron entre las principales afectaciones.

Katherine Montes, vicepresidenta del Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica, explicó que las pérdidas totales provocadas por la política contra la isla fueron de 80.872.000 dólares, de los cuales 25 millones correspondieron a la necesidad de comerciar con zonas geográficas lejanas.

Según la directiva, entre las entidades que enfrentaron mayores dificultades a raíz del bloqueo de más de medio siglo se encuentran el Grupo Industrial de la Siderurgia Acinox y la Unión de Empresas Recuperadoras de Materias Primas.

La primera de esas instancias encaró problemas en producciones importantes como las barras corrugadas destinadas a actividades constructivas, mallas electro-soldadas, cables y conductores eléctricos y telefónicos, precisó su director adjunto, Manuel Saíz.

De acuerdo con los representantes de la industria, las empresas del ramo prestan servicios a sectores estratégicos de la vida social y económica del país como la medicina, la educación y la agricultura, por lo cual la estrategia de Washington afecta directamente a la población cubana.

Al mismo tiempo, apuntaron, se dificulta la entrada de nuestros productos en el mercado exterior, como es el caso del área latinoamericana, pues predomina la influencia de las normas estadounidenses y Cuba está obligada a trabajar con las europeas.

Durante la presentación de un informe sobre los efectos del bloqueo norteamericano, los directivos señalaron que con el gasto adicional provocado por tal política se podrían haber empleado 700.000 dólares en componentes para sillones de personas discapacitadas y un 1.240.000 dólares en mobiliario clínico.

También se habrían destinado 527.000 dólares a cocinas de hospitales y escuelas, y cinco millones de dólares a la importación de piezas de repuesto para equipos electrodomésticos vendidos como parte del programa de ahorro de energía desarrollado en la isla, entre otras inversiones.

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