MONTREAL.- La agencia canadiense de calificación
crediticia DBRS ha confirmado la nota de solvencia a largo plazo de
España en 'A bajo', pero ha mejorado su tendencia desde 'negativa' a
'estable', debido a que considera que los riesgos a los que se enfrenta
la economía española son "más equilibrados".
Según explica en un comunicado, la señales de estabilidad
financiera y macroeconómica que percibió en su última revisión de España
se mantienen y la recuperación se ha beneficiado de la "enérgica"
respuesta política del Gobierno español, así como del apoyo de la
política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que se han traducido
en mejoras en el empleo y en un moderado crecimiento.
Asimismo, la agencia canadiense cree que la recuperación ha
apoyado los esfuerzos para reducir el déficit, que va camino de cumplir
los objetivos del 5,5% este año y del 4,2% en 2015, aunque la deuda
seguirá creciendo hasta alcanzar cerca del 102% del PIB en 2016.
"El rating de España se ve apoyado por una serie de reformas que
han estabilizado el sector bancario, reducido el tamaño del sector
público, contribuido a la flexibilidad salarial, simplificado los
procesos de licencias y mejorado los programas de educación y formación
para la búsqueda de empleo", subraya.
En esta línea, también destaca la "fuerte" mejora de las
condiciones de financiación tanto de bancos como de soberanos, que han
dado lugar a una mejora en la competitividad y han reducido en parte los
costes laborales en el sector manufacturero.
Entre las incertidumbres que rodean la perspectiva futura de
España, menciona la baja inflación, que podría poner trabas a la
reducción de la deuda; las elecciones del próximo año o la rigidez y
limitada flexibilidad del mercado laboral, aunque reconoce las
contribuciones positivas de la última reforma.
Por otro lado, señala que los factores que podrían cambiar la
tendencia del rating a 'positiva' serían continuar con los progresos en
la reducción del déficit y señales de una recuperación económica más
sostenible que puede estabilizar y finalmente reducir el ratio de deuda
pública.
En esta línea, agrega que reformas estructurales y fiscales a
largo plazo que impulsen el crecimiento y el empleo, eleven la
productividad y mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas
podrían acelerar la reducción de deuda y aumentar las presiones al alza
del rating.
Por el contrario, la calificación podría verse amenaza por un
debilitamiento del compromiso político con el ajuste fiscal o por una
revisión importante a la baja de las perspectivas de crecimiento a medio
plazo que impida la esperada estabilización del ratio de deuda.
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