NUEVA YORK.- El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann,
ha criticado el plan adoptado por el Banco Central Europeo (BCE) para
comprar activos respaldados por valores (ABS) y se ha vuelto a oponer a
la puesta en marcha de un programa de compra de deuda pública, dado que
el banco central no tiene permitido financiar a los países.
"Con las recientes decisiones, el enfoque de la política monetaria
del BCE ha cambiado desde programas destinados especialmente a mejorar
el crédito hacia una filosofía de alivio cuantitativo", afirma Weidmann
en una entrevista a 'The Wall Street Journal'.
El presidente del Bundesbank considera que este es un "importante"
cambio de política, que fue debatido en la reunión el Consejo de
Gobierno, y remarca que, tal y como se ha diseñado el plan de compra de
ABS, existe el riesgo de que el BCE "pague de más por estos activos".
En su opinión, esto representaría transferir el riesgo de los
bancos y otros inversores a los bancos centrales y, en última instancia,
a los contribuyentes. Además, agrega que, aunque obtener garantías de
los gobiernos supondría una diferencia para el balance del BCE, el
problema de socializar los riesgos de los bancos se mantendría.
Respecto a la adopción de otras medidas no convencionales por
parte del BCE, se negó a especular sobre las mismas por ser "inútil y
contraproductivo" y reconoció que puede haber diferencias entre lo que
están dentro del mandato del BCE y de lo que no y entre lo que es útil y
lo que no.
En esta línea, añade que, pese a que el BCE se ha comprometido de
forma reiterada a adoptar medidas adicionales en caso de que sea
necesario, esto no implica voluntad para "disparar inmediatamente
cualquier arma que haya en el arsenal".
Acerca de la compra de deuda pública por parte del BCE, el
presidente del Bundesbank incide en que no está estrictamente prohibida
dentro de su mandato, pero sí la financiación a los países "por una
buena razón".
"No se puede permitir que esta prohibición se eluda a través de
compras en el mercado secundario. Estas preocupaciones son
particularmente graves cuando el banco central compra específicamente
bonos soberanos con más riesgos. Pero no van a ser disipados
automáticamente con la compra de bonos alemanes junto con bonos
italianos y españoles", insiste.
Preguntado por si estas compras ayudarían a la economía, recalca
que la liquidez y la financiación no son "impedimentos claves" para
recuperar el impulso al crecimiento, ya que los países y empresas se
financian a costes muy bajos, sino que la verdadera cuestión es la
necesidad de reformas estructurales.
Weidmann recalca que es un error pensar que la política monetaria
es "la única opción", ya que no puede resolver los problemas
estructurales de la eurozona y los riesgos para la estabilidad
financiera pueden aumentar cuanto más tiempo dure una política monetaria
laxa. "El banco central no puede, y no debe, compensar la falta de
voluntad política", agrega.
Asimismo, se muestra a favor de que se fortalezca la inversión
pública en Alemania, pero cree que es necesario enfocarse más en
prioridades de cambio que en una inversión pública financiada con
déficit.
Weidmann recalca que desde la perspectiva germana la situación
cíclica y la perspectiva no requiere estímulos fiscales y lo mejor es
mantener una presupuestos equilibrado. Además, desde una perspectiva
europea un mayor gasto en Alemania no generaría los efectos previstos
dado su limitado contagio y "beneficiaría más probablemente a China que a
Grecia".
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