LONDRES.- La firma de servicios profesionales KPMG ha
advertido a los países del G-20 de las consecuencias no deseadas de la
agenda de reformas en el ámbito de la regulación financiera y ha
planteado la necesidad de impulsar la armonización de las reformas en el
sector.
"Las reformas regulatorias se están implantando de una manera no
uniforme en las distintas jurisdicciones, lo que implica unos costes más
elevados, mayor incertidumbre y menor posibilidad de ofrecer productos
financieros que contribuyan al crecimiento económico", apunta la entidad
en su informe 'Cumbre del G-20 en Brisbane: una nueva agenda para los
servicios financieros'.
El documento, que se ha presentado a los dirigentes del G-20 antes
de la cumbre que se celebra en Brisbane (Australia) el15 y 16 de
noviembre, propone reevaluar el análisis del coste/beneficio de algunas
reformas regulatorias; priorizar las reformas futuras y aportar mayor
certidumbre sobre los plazos para implantarlas; y acordar la reducción
de las diferencias entre regulaciones nacionales que elevan el coste y
ralentizan el crecimiento.
Se considera que el G-20 debe garantizar un equilibrio entre las
medidas impulsadas para gestionar la crisis del pasado y las que se
deben fomentar para el futuro.
En este sentido, KPMG plantea reducir los desincentivos de la
regulación para animar a los bancos a conceder préstamos para pequeñas
empresas, infraestructuras y financiación del comercio exterior, así
como la creación de un régimen regulador y un entorno fiscal que
incentive la concesión de préstamos para proyectos de capital a largo
plazo.
Asimismo, el informe propone fomentar que los directivos inviertan
más en infraestructuras, así como desarrollar mercados de capital
nuevos y dinámicos.
"Con estas medidas instamos al G-20 a establecer el marco para una
aportación renovada del sector de servicios financieros a la
recuperación económica global", apunta Jeremy Anderson, socio
responsable global del sector financiero de KPMG.
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