LA HABANA.- Cuba aprobó un programa
oficial de acción para reducir en un 20% el consumo de petróleo en la
generación de electricidad, incrementando las fuentes de energía en las
que espera invertir unos 3.500 millones en los próximos 15 años.
La
isla "actualmente produce, con el empleo de combustible fósil, el 96%
de su energía eléctrica. Este dato encuentra a una economía muy
dependiente de la importación y con elevados costos de generación
eléctrica", reconoció el periódico oficial Granma, que dio a conocer que
el Consejo de Ministros encabezado por Raúl Castro "aprobó la política"
para el sector.
Actualmente, Cuba produce menos de la mitad del
petróleo que necesita y el resto debe salir a buscarlo al mercado
internacional. En los últimos años Venezuela se convirtió en su
proveedor de excelencia mediante la venta con créditos blandos y el pago
compensado por el envío de miles de cooperantes médicos para los
programas sociales del país sudamericano.
Una parte importante de
la generación alternativa se logrará invirtiendo en la infraestructura
de las grandes plantas térmicas que por su baja eficiencia "inciden
directamente en el costo del kWh generado, lo que afecta la
competitividad de las producciones y servicios de la economía
nacional", explicó el director de energía renovable del Ministerio de
Energía y Minas, Rosell Guerra Campaña.
La apuesta cubana está en
el potencial de la biomasa a partir del bagazo de la caña y forestal
--que puede ser acumulado--, el viento, el sol y el aprovechamiento de
aguas y presas.
El funcionario indicó que esperan construirse 19
bioléctricas en centrales azucareros que vendrán a sumarse a los cuatro
parques eólicos existentes y a los ocho fotovoltaicos, de los cuales se
construirán siete más en este año.
También se estudia el aprovechamiento de techos de almacenes, frigoríficos y talleres para recoger energía solar.
En
cuanto a la hidroenergía --Cuba tiene un potencial menor por sus ríos
poco caudalosos-- hay actualmente unas 163 pequeñas instalaciones y
benefician a unas 8400 viviendas rurales y en cuanto a las fuentes
biogás, que aprovechan los residuos de las granjas porcinas y otras,
estas podrían ampliarse de manera útil sobre todo para la cocción de
alimentos, explicó Guerra.
Guerra explicó que parte de la política
es también la colocación de unas 100.000 calentadores solares en
fábricas, hoteles y hospitales, así como la venta en la red comercial
minorista de estos, así como paneles solares.
Con estas acciones y otras, Cuba se propone llegar a un 24% de energía eléctrica a partir de las fuentes renovables para 2030.
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