BRUSELAS.- Los inspectores de la troika -formada por la
Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI)- han expresado este miércoles su "inquietud" por la
ralentización de las reformas en Portugal, e incluso la marcha atrás en
algunos casos, desde que el pasado mayo concluyó el rescate de 78.000
millones de euros que le concedieron la UE y el FMI en 2011.
La troika lamenta en particular el aumento del salario mínimo
decidido por las autoridades portuguesas y avisa del riesgo de que
Lisboa incumpla el objetivo de reducción del déficit fijado para 2015.
Estas críticas aparecen recogidas en sendos informes de conclusiones
elaborados por los inspectores de Bruselas y del BCE, por un lado, y los
del FMI, por otro, tras viajar a Lisoba del 28 de octubre al 4 de
noviembre. Se trata de su primera visita de control tras el fin del
rescate.
"La misión ha expresado su preocupación por el hecho de que el ritmo
de las reformas estructurales parece haber disminuido considerablemente
desde el final del programa (de rescate), revirtiendo en algunos casos
los logros del pasado", resaltan la Comisión y el BCE. "El impulso
reformista general, sobre todo en áreas cruciales para la competitividad
externa, parece haber cesado desde la expiración del programa", insiste
el FMI.
En concreto, los inspectores de la troika critican la decisión de
aumentar el salario mínimo porque "hará más difícil para los
trabajadores poco cualificados encontrar o mantener un puesto de
trabajo". También reclaman "acelerar" los esfuerzos para "reducir las
rentas excesivas en las industrias de red, en particular en la energía",
así como medidas para hacer frente al alto nivel de deuda empresarial.
Por todo ello, la troika "insta al Gobierno a mantener una agenda
ambiciosa de reformas para el futuro", así como a controlar y evaluar de
forma sistemática estas reformas". "La misión recuerda la importancia
de aumentar la flexibilidad y la competitividad de la economía
portuguesa para sostener la todavía naciente recuperación económica",
señalan las conclusiones.
Los inspectores han avisado además de que, si no toma medidas
adicionales, Portugal incumplirá el objetivo de déficit pactado con la
UE para 2015 (el 2,5% del PIB) y se quedará en el 3,3%. También el
ajuste estructural quedará por debajo de lo acordado, lo que refleja una
relajación de los esfuerzos de consolidación. "El presupuesto de 2015
no está en línea con los compromisos en el actual marco presupuestario a
medio plazo", señala el FMI.
En cuanto al sector financiero, la troika apunta que los resultados
del examen del BCE han confirmado en términos generales la solvencia de
la banca portuguesa, pese a la reciente resolución del Banco Espírito
Santo. No obstante, reclama "un refuerzo adicional del sistema bancario
en su conjunto".
"Aunque muchos bancos todavía prevén pérdidas en 2014, las medidas de
recorte de gastos están empezando a dar resultados positivos. No
obstante, la rentabilidad futura sigue siendo un reto, sobre todo por el
entorno macroeconómico nacional", señalan las conclusiones.
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