NUEVA DELHI.- A cinco meses y medio asumir el cargo, el primer ministro Narendra
Modi sumó hoy 21 miembros al Consejo de Ministros para encarar las
complejas tareas que impone el sueño de convertir a la India en un
Estado moderno.
Ahora, incluyéndolo a él, ese órgano consta de 66 integrantes, la inmensa mayoría del Bharatiya Janata Party (BJP).
En su condición de jefe de Estado, el presidente Pranab Mukherjee tomó el juramento a los nuevos funcionarios en una impresionante ceremonia celebrada en Rashtrapati Bhavan (Palacio Presidencial) y transmitida por la televisión local.
La ampliación incluyó cuatro ministros de gabinete, tres ministros de Estado con cargo independiente y 14 ministros de Estado.
Al comentar la decisión, la poderosa Confederación de Industria de la India (CII) expresó su confianza en que redundará en una mejor gobernanza y la aportación de nuevas ideas al proceso de reformas económicas iniciado por Modi.
En momentos en que la economía está en fase de recuperación, es importante acelerar las políticas de facilitación y promoción para fortalecer ese proceso, dijo el presidente de la CII, Ajay Shriram.
A la política económica de Modi, empero, no le faltan críticos: los dos partidos comunistas de la India y otras fuerzas de la izquierda y progresistas le reprochan que sus decisiones de corte neoliberal recargan el peso sobre las clases más desposeídas, como antes hizo el Partido del Congreso.
A inicios de junio, cuando se reunió por primera vez con su gabinete, Modi expuso su programa de gobierno para los primeros 100 días, un plazo ya a punto de expirar. La ampliación del equipo hoy supone el comienzo de la segunda fase de su administración.
La agenda que entonces se planteó incluía el impulso a las inversiones domésticas y extranjeras, la realización de proyectos de infraestructura, la racional explotación de los recursos naturales y la creación de un ambiente de trabajo propicio a la toma de decisiones y su ejecución.
En las elecciones generales de mayo el BJP ganó ampliamente más de la mitad de los 543 escaños de la Lok Sabha o Cámara baja del parlamento, lo que le permite gobernar sin coaligarse con otras fuerzas políticas.
Entre sus promesas están la de devolver a la India a la senda de crecimiento macroeconómico de hace unos años y combatir a la rampante corrupción, dos asignaturas en las que el hasta hace poco gobernante Partido del Congreso tuvo muy bajas calificaciones y a las que se atribuye su derrota.
En su condición de jefe de Estado, el presidente Pranab Mukherjee tomó el juramento a los nuevos funcionarios en una impresionante ceremonia celebrada en Rashtrapati Bhavan (Palacio Presidencial) y transmitida por la televisión local.
La ampliación incluyó cuatro ministros de gabinete, tres ministros de Estado con cargo independiente y 14 ministros de Estado.
Al comentar la decisión, la poderosa Confederación de Industria de la India (CII) expresó su confianza en que redundará en una mejor gobernanza y la aportación de nuevas ideas al proceso de reformas económicas iniciado por Modi.
En momentos en que la economía está en fase de recuperación, es importante acelerar las políticas de facilitación y promoción para fortalecer ese proceso, dijo el presidente de la CII, Ajay Shriram.
A la política económica de Modi, empero, no le faltan críticos: los dos partidos comunistas de la India y otras fuerzas de la izquierda y progresistas le reprochan que sus decisiones de corte neoliberal recargan el peso sobre las clases más desposeídas, como antes hizo el Partido del Congreso.
A inicios de junio, cuando se reunió por primera vez con su gabinete, Modi expuso su programa de gobierno para los primeros 100 días, un plazo ya a punto de expirar. La ampliación del equipo hoy supone el comienzo de la segunda fase de su administración.
La agenda que entonces se planteó incluía el impulso a las inversiones domésticas y extranjeras, la realización de proyectos de infraestructura, la racional explotación de los recursos naturales y la creación de un ambiente de trabajo propicio a la toma de decisiones y su ejecución.
En las elecciones generales de mayo el BJP ganó ampliamente más de la mitad de los 543 escaños de la Lok Sabha o Cámara baja del parlamento, lo que le permite gobernar sin coaligarse con otras fuerzas políticas.
Entre sus promesas están la de devolver a la India a la senda de crecimiento macroeconómico de hace unos años y combatir a la rampante corrupción, dos asignaturas en las que el hasta hace poco gobernante Partido del Congreso tuvo muy bajas calificaciones y a las que se atribuye su derrota.
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