BRUSELAS.- El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker,
ha defendido este miércoles --en su primera rueda de prensa tras el
estallido del caso Luxleaks-- que los acuerdos secretos que Luxemburgo
firmó con multinacionales para minimizar el pago de impuestos mientras
él era primer ministro respetan la legislación nacional e internacional.
No obstante, ha admitido que los resultados de estos pactos no se
ajustan a las exigencias de "justicia fiscal" y lo ha lamentado.
Juncker ha sostenido además que siempre ha sido "muy sensible a la competencia fiscal injusta"
y que, desde 2010, su Gobierno empezó a adoptar medidas para corregir
la situación siguiendo los dictámenes del grupo de trabajo sobre
fiscalidad del Ecofin. "Es erróneo decir que Luxemburgo no adoptó
ninguna medida", ha dicho.
"No hay nada en mi pasado que indique que mi ambición era organizar la evasión fiscal en Europa",
ha asegurado el presidente de la Comisión. "Si, debido a la interacción
entre legislaciones nacionales diferentes, (estos acuerdos) condujeron a
una situación de no pagar impuestos (por parte de las multinacionales),
entonces lo lamentaría", ha asegurado.
"No soy el arquitecto del modelo luxemburgués porque ese modelo no
existe", ha insistido Juncker. En este sentido, ha explicado que en
Luxemburgo el Gobierno no puede dar instrucciones a la administración
fiscal, que es autónoma. "Soy responsable políticamente de lo que ocurrió",
ha admitido. Pero ha agregado que ya no puede dimitir como primer
ministro de Luxemburgo y que sigue considerándose "adecuado" para
dirigir la Comisión.
En este sentido, el presidente del Ejecutivo comunitario ha dicho que
un total de 22 Estados miembros aplican este tipo de decisiones
tributarias anticipadas y que Bruselas ha declarado legales la mayoría
de ellas. "Todo lo que se ha hecho (en Luxemburgo) se ajusta a las
reglas nacionales e internacionales aplicables", ha resaltado.
"Es verdad que, debido a la interacción de las reglas nacionales de
unos y otros, se produce una situación que puede conducir a tipos
impositivos bajos. Es verdad que, de esta interacción de reglas
nacionales diferentes, pueden resultar situaciones que no se ajustan a
las exigencias de justicia fiscal. Es verdad que la aplicación de reglas
diversas y opuestas puede conducir a resultados de imposición que no se
corresponden a las reglas éticas y morales", ha admitido.
En todo caso, Juncker ha negado que exista un "conflicto de interés"
por el hecho de que la Comisión esté investigando algunos de estos
acuerdos (en particular los concluidos con Fiat y Amazon).
"No entiendo
por qué se habla de Juncker contra Juncker", ha apuntado. Y se ha
comprometido a no abordar estas cuestiones con la comisaria de
Competencia, Margrethe Vestager, responsable de los expedientes.
El presidente de la Comisión ha reiterado su compromiso de luchar
contra el fraude y la evasión fiscal y ha anunciado dos iniciativas
concretas. En primer lugar, Bruselas reactivará los trabajos para crear
una base común del impuesto de sociedades por considerar que con ella
"desaparecerán buena parte de las posibilidades de ingeniería fiscal".
El Ejecutivo comunitario propondrá además una directiva sobre
intercambio automático de información sobre acuerdos fiscales que
obligará a los Estados miembros informar de manera inmediata al resto de
socios sobre cualquier decisión fiscal anticipada sobre multinacionales
que aprueben.
Juncker ha comparecido por sorpresa durante la rueda de prensa
habitual que organiza cada día la Comisión Europea. Su presidencia no
había sido anunciada, aunque el ex primer ministro luxemburgués ha
admitido que ha sido un "error" estar casi una semana sin dar
explicaciones sobre el caso Luxleaks.
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