NUEVA YORK.- Los Países del Sur respaldaron esta semana de manera contundente en Naciones
Unidas un proyecto de resolución que aboga por avanzar hacia un nuevo
orden económico internacional basado en principios como la equidad, la
soberanía, la cooperación y la solidaridad.
La iniciativa presentada por el Grupo de los 77 más China, que agrupa a
134 estados en desarrollo, recibió en la Segunda Comisión de la
Asamblea General de la ONU el respaldo de 120 gobiernos, mientras tres
se abstuvieron y 47 votaron en contra, fundamentalmente del Norte del
planeta.
El texto también defiende la necesidad de que los países del Sur alcen su voz y participen en las decisiones económicas.
Asimismo, reafirma el papel del comercio como motor del desarrollo y del crecimiento sostenido, si tiene lugar bajo las reglas de la no discriminación y la equidad.
En la explicación de voto del proyecto, que después de aprobado pasa a la Asamblea General para su consideración, el diplomático cubano Emilio González afirmó que la búsqueda de un nuevo orden económico tiene plena vigencia, a partir de las disparidades crecientes entre ricos y pobres.
De acuerdo con el tercer secretario de la Misión Permanente de la isla aquí, las naciones en desarrollo son las más golpeadas por las crisis, "en un mundo más caótico, injusto e impredecible" que cuando en 1974 la Asamblea adoptó una Declaración y un Programa de Acción sobre un Nuevo Orden Económico Internacional.
González recordó que entonces se promovieron medidas concretas vinculadas con el financiamiento, la industrialización y la transferencia tecnológica.
"Lamentablemente, como hemos escuchado, los países desarrollados continúan tratando de evitar por todos los medios el tratamiento de estos temas medulares en la Asamblea General", advirtió.
Las naciones que se opusieron a la iniciativa, entre ellas Estados Unidos y de la Unión Europea, atribuyeron su postura a la supuesta falta de vigencia del reclamo de un orden global más justo y equitativo.
El texto también defiende la necesidad de que los países del Sur alcen su voz y participen en las decisiones económicas.
Asimismo, reafirma el papel del comercio como motor del desarrollo y del crecimiento sostenido, si tiene lugar bajo las reglas de la no discriminación y la equidad.
En la explicación de voto del proyecto, que después de aprobado pasa a la Asamblea General para su consideración, el diplomático cubano Emilio González afirmó que la búsqueda de un nuevo orden económico tiene plena vigencia, a partir de las disparidades crecientes entre ricos y pobres.
De acuerdo con el tercer secretario de la Misión Permanente de la isla aquí, las naciones en desarrollo son las más golpeadas por las crisis, "en un mundo más caótico, injusto e impredecible" que cuando en 1974 la Asamblea adoptó una Declaración y un Programa de Acción sobre un Nuevo Orden Económico Internacional.
González recordó que entonces se promovieron medidas concretas vinculadas con el financiamiento, la industrialización y la transferencia tecnológica.
"Lamentablemente, como hemos escuchado, los países desarrollados continúan tratando de evitar por todos los medios el tratamiento de estos temas medulares en la Asamblea General", advirtió.
Las naciones que se opusieron a la iniciativa, entre ellas Estados Unidos y de la Unión Europea, atribuyeron su postura a la supuesta falta de vigencia del reclamo de un orden global más justo y equitativo.
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