domingo, 30 de noviembre de 2014

Los suizos rechazan restringir más la inmigración

GINEBRA.- La población suiza ha apostado por mantener el statu quo y seguir las consignas del Consejo Federal (Gobierno), que había aconsejado rechazar las tres iniciativas populares propuestas para ser votadas en referéndum.

Las iniciativas populares pretendían restringir aún más la inmigración, aumentar y bloquear las reservas de oro, y eliminar los privilegios fiscales de los que gozan los extranjeros ricos residentes en Suiza, pero las tres han sido rotundamente rechazadas por los que han votado. La participación ha rondado el 50%, un resultado "normal" para los referendos de alcance federal.
Con un 74,1% de los votos y en todos los cantones sin excepción, los suizos han rechazado la iniciativa que pretendía limitar aún más la inmigración estableciendo un porcentaje máximo de crecimiento de los extranjeros residentes en la Confederación Helvética, con el argumento de preservar el medio ambiente. Asimismo, los suizos han rechazado con un contundente 77,3% de los votos una iniciativa que pedía al Banco Nacional Suizo (BNS) ampliar sus reservas de oro hasta, como mínimo, un 20% de sus activos, que dichos depósitos no puedan ser vendidos, y que todos estén consignados en la Confederación Helvética. Finalmente, los suizos también han rehusado, con el 59,2% de los votos, una iniciativa que pretendía eliminar los privilegios fiscales que permiten que los extranjeros ricos residentes en el país paguen impuestos en función de sus gastos y no de su fortuna y de sus ingresos, como el resto de ciudadanos.
Los ciudadanos han decidido secundar la opción preferida por el Gobierno, que había rechazado las tres iniciativas y que ha mostrado su satisfacción por el resultado. La ministra suiza de Justicia, Simonetta Sommaruga, se ha dicho satisfecha y "sorprendida" del claro rechazo a la iniciativa sobre inmigración. "Una aceptación del texto no habría resuelto ningún problema ecológico pero hubiera causado grandes problemas a nuestro país", ha afirmado.

Los medios económicos también han mostrado su satisfacción, dado que rechazaban las tres propuestas porque podían poner en peligro tanto la estabilidad financiera, como la capacidad de maniobrar en el mercado laboral. "Al decir que no a la iniciativa sobre la inmigración, nuestros compatriotas han demostrado que no quieren envenenar más las relaciones con la Unión Europea", ha afirmado Rudolf Minsch, economista jefe de la principal patronal, Economiesuisse.
Minsch se refería al hecho de que el pasado febrero, se aprobó en referéndum una iniciativa para limitar la inmigración restableciendo cuotas. Precisamente, el gran argumento usado por el Gobierno para rechazar la propuesta fue los problemas que la entrada en vigor de una iniciativa similar a la aprobada en febrero acarrearía para las relaciones con la Unión Europea, ya de por sí muy tensas.
El texto aprobado hace diez meses dio tres años al Gobierno para adaptar las leyes, para lo cual no le queda otra alternativa que renegociar el acuerdo de libre circulación con la UE, aunque Bruselas ya ha advertido de que dicho principio no es negociable. Sommaruga ha dejado claro que el resultado de hoy "no cambia nada" y que el Gobierno presentará el nuevo proyecto de ley en enero.
La propuesta sobre los privilegios fiscales de los ricos la habían presentado los países de izquierda que entendían que la prerrogativa viola la igualdad fiscal, es una herramienta de evasión fiscal, y una traba a la lucha contra la criminalidad económica. Unos argumentos que no han calado en la población, que ha decido mantener el statu quo y dejar que sean los cantones los que decidan si mantienen o no este sistema. Según la ministra suiza de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, con esta decisión se ha respetado el federalismo. "El sistema perdurará mientras no haya presión internacional", ha afirmado.
Con respecto a la iniciativas sobre el oro, sus promotores pretendían "salvaguardar la independencia monetaria de la Confederación", pero el Gobierno y el Parlamento entendían que lo único que hubiera ocurrido si se aprobaba la propuesta era que el BNS tendría menos margen de maniobra para establecer la política monetaria, y que irremediablemente se perderían ingresos. El rechazo ha sido claro, dado que los 26 cantones de la Confederación Helvética votaron en contra de la iniciativa con porcentajes superiores al 70%.
Widmer-Schlumpf se ha felicitado del resultado y ha recordado que de haberse aprobado la iniciativa habría tenido "consecuencias nefastas no sólo para las exportaciones suizas sino para toda la Economía en su conjunto".

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