Cuando
Nicolás Sarkozy aún era presidente de Francia en el año 2009, hacía unas
alentadoras declaraciones con motivo de la cumbre del G-20: “la época
del secreto bancario ha llegado a su fin”. Pero nada más lejos de la
realidad, pues todavía queda un largo y extenso camino por recorrer para
que se pueda llegar a tal situación que, a día de hoy, se presenta
utópica, pues el secreto bancario y los paraísos fiscales son, en muchos
casos, el cobijo de los fondos de procedencia ilícita y, por tanto, la
corrupción.
Uno
de los objetivos del G-20 es erradicar los paraísos fiscales. Y
este es un debate espinoso porque muchos paraísos fiscales han
estado hasta ahora bajo el paraguas de algunas naciones que forman
parte del G-20. El objetivo es acabar con el secreto bancario y la
colaboración de estos países.
Ante todo hay que aclarar que
no existe un listado oficial de paraísos fiscales, pues cada país
determina a través de su legislación qué países son considerados
como tal y cuáles no.
De este modo, es posible que una misma
jurisdicción fiscal pueda ser considerada como paraíso fiscal por
un determinado país y, al mismo tiempo, que no sea considerado
como tal por otros. Algunos centros financieros han firmado
diversos acuerdos de intercambio de información en materia fiscal
con ciertos países, tanto para evitar una doble imposición como
para perseguir los capitales obtenidos mediante métodos
ilícitos.
En el caso de nuestro país, España, el listado de paraísos
fiscales es el que establece el Real Decreto 1080/91 de 5 de julio,
que enumera un total de 48 jurisdicciones ‘offshore’. Basado
inicialmente en la listado gris de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo (OCDE), aunque añadiendo algunos
territorios adicionales, la versión española ha sufrido
diversos cambios desde su publicación inicial.
Tanto es así,
ya que diversos países han sido retirados del mismo por haber
implementado estándares de transparencia, si bien sigue siendo
mucho más extensa que la lista gris de la OCDE (en la que figuran 38
países y territorios).
Algunos de los países que sí figuran en
el listado de España pasan por las Islas Salomón, Islas Marianas, las
Islas Malvinas y las Islas de Man y el Canal, así como Granada, República de Nauru y
Macao. Mientras que para España han dejado de considerarse como
paraísos fiscales desde el año 2012 Andorra, Antillas Neerlandesas,
Aruba, Emiratos Árabes Unidos, Jamaica, República de Malta y la
República de Trinidad y Tobago.
Actualmente existe una
regulación más estricta con las entidades no financieras
bancarias, gracias a la supervisión del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y a la creación de un consejo de estabilidad
financiera en cada país. Una regulación que pone la lupa, sobre
todo, en los fondos de inversión de riesgo; los conocidos como
‘hedge funds’ y que son ajenos al estricto marco legal de los bancos.
Pero
mientras sigan existiendo países y territorios en los que prima el
silencio de sus bancos, no será posible poner fin a la lacra de la
corrupción, que continuará siendo el búnker de aquellos que
refugian sus capitales y evaden impuestos con el consentimiento
de dichos países.
No hay comentarios:
Publicar un comentario