LONDRES.- El Banco de Inglaterra mantuvo hoy sin cambios los tipos de interés,
en el mínimo histórico del 0,5 % desde 2009, así como el alcance de su
plan de compra de activos, al que ha destinado 375.000 millones de
libras (477.000 millones de euros).
El Comité de Política
Monetaria valoró en su reunión mensual que aún es precipitado subir los
tipos debido a los riesgos que afronta la recuperación económica en el
Reino Unido.
Aunque se prevé que el producto interior bruto (PIB)
británico crezca un 3 % este año, el ministro de Economía, George
Osborne, ha avisado del impacto negativo que tendrán el estancamiento en
la zona euro, la ralentización en China y la recesión en Japón.
Este
riesgo, sumado a la baja inflación -en el 1,3 %- y a la persistente
caída de los precios del petróleo, hace prever que el banco central
inglés mantendrá los tipos sin cambios hasta al menos la segunda mitad
de 2015.
El Banco de Inglaterra señala que la recuperación
económica en el Reino Unido no está suficientemente afianzada, pues los
sectores manufacturero y de la construcción arrojan cifras bajas de
producción.
Se mantienen al alza los servicios y el sector
inmobiliario, que se ha enfriado algo tras alcanzar un pico hace unos
meses que hacía temer una burbuja del precio de la vivienda.
Osborne
dio a conocer ayer ante el Parlamento las últimas previsiones de
crecimiento y déficit presupuestario para el Reino Unido, que indican
que el PIB subirá un 3 % en 2014, por encima del 2,7 % previamente
pronosticado, un 2,4 % en 2015, un 2,2 % en 2016 y un 2,4 % en 2017.
En
cuanto al déficit, se situará este año en 91.300 millones de libras
(unos 116.000 millones de euros), más de un 5 % del PIB y por encima de
los 86.000 millones de libras (109.000 millones de euros) pronosticados
en el último presupuesto, en marzo pasado.
Este déficit
presupuestario, que el Gobierno de David Cameron planeaba inicialmente
eliminar para 2015, se irá reduciendo en años sucesivos hasta llegar,
según los últimos cálculos, a un superávit de 4.000 millones de libras
(5.000 millones de euros) en 2018.
Pese al crecimiento y la
reducción del paro, actualmente en el 6 %, el Gobierno británico afronta
la paradoja de que no han aumentado significativamente los ingresos por
recaudación de impuestos, lo que le ha impedido cumplir su calendario
de reducción del endeudamiento.
El Partido Laborista, en la
oposición, argumenta que esto es porque la recuperación económica en el
Reino Unido es superficial y se basa en la creación de empleos precarios
y con bajos sueldos, que no generan suficientes ingresos fiscales.
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