domingo, 28 de diciembre de 2014

España conocerá en 2015 un despegue económico con riesgo de turbulencias

MADRID.- El despegue que experimentará la economía española en 2015 estará apoyado en la caída del petróleo y la depreciación del euro, pero se puede ver turbado por la debilidad de la eurozona con la consiguiente caída de las exportaciones y por la fragmentación tras las elecciones, según expertos consultados.

El Banco de España, en su último boletín de coyuntura, reconoce que la trayectoria futura del precio del crudo, tras su desplome en las últimas semanas, rodea el escenario de crecimiento para 2015 de "un elevado grado de incertidumbre", sometido a "riesgos de desviación" tanto al alza como a la baja.
La recuperación de la economía española sigue basculando más sobre la demanda interna que sobre las exportaciones, un cambio de patrón respecto a los primeros años de crisis que se mantendrá en 2015.
En todo caso, el mensaje del Gobierno para el año que comienza es que "va a ser sin duda el de la consolidación de la recuperación económica, que ya acumula seis trimestres de crecimiento positivo del PIB", asegura el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Íñigo Fernández de Mesa.
La previsión "conservadora" del Gobierno es que la economía crecerá un 2%, tres décimas por encima de lo que opinan la Comisión Europea, el FMI o la OCDE, pero dos por debajo de lo que esperan analistas como FUNCAS o Intermoney, y en línea con el Banco de España.
A juicio del secretario de Estado, "los grandes desequilibrios que amenazaban la sostenibilidad al inicio de la legislatura ya han sido superados".
No obstante, el desempleo -que acabará el año afectando al 24,7 % de la población activa- sigue siendo el talón de Aquiles de la economía española.
"El principal objetivo de la política económica continúa siendo la reducción de la tasa de paro: prevemos que entre 2014 y 2015 se crearán 800.000 empleos y que la tasa de desempleo será más baja al final de la legislatura que al inicio de la misma", según Fernández de Mesa.
Por el momento, lo que consta en las últimas previsiones aprobadas es que el año que viene la tasa de paro cerrará en el 22,9 % de la población activa, frente al 22,85 % con que acabó 2011 (el PP tomó posesión en diciembre de ese año).
Para el Ejecutivo, los cinco factores que van a impulsar la recuperación son la contención de los costes laborales unitarios, la disponibilidad de crédito nuevo, la depreciación del euro, la caída de los precios de la energía y el "buen comportamiento" de la construcción.
Una visión optimista con la que coincide el catedrático de Economía de la San Pablo-CEU y director de Análisis Económico de IE Bussines School, Rafael Pampillón, que ve la economía crecer un 2,5 % el próximo ejercicio, según explica.
Además de los mencionados aspectos, señala la mejora de la competitividad de las exportaciones a la hora de diversificar las áreas geográficas diferentes al euro y la reducción de impuestos a partir de enero, que dará más renta disponible a las familias (9.000 millones de euros en dos años).
En cuanto a la bajada del petróleo, a pesar de las tensiones y efectos geopolíticos adversos en otras partes del mundo, especialmente en Rusia, para España es "un regalo", asegura, tanto porque un tercio de la misma se trasladará a los bolsillos de los ciudadanos, como porque las empresas tendrán menores costes y mayores beneficios.
Pero otro de los expertos consultados, el profesor de ESADE, Robert Tornabell, cree que a pesar de las ventajas para España de la bajada del petróleo, "este es uno de esos juegos de pierde-pierde, pierde Rusia y pierde Europa".
La "casi quiebra" de la economía rusa va a reducir el número de turistas de esa nacionalidad en España -que crecía a un ritmo del 30 % anual- y va a repercutir también en las exportaciones, tanto a ese país como a otros europeos.
"Veo difícil llegar a un crecimiento del 2%", sostiene Tornabell sobre las perspectivas del PIB español.
Más dudas todavía expresa el economista José Carlos Díez, para quien el año que viene el crecimiento del PIB estará próximo al 1,5 %, apoyado por la bajada del precio del petróleo.
Es un año que llega a su juicio "cargado de incertidumbre", con el riesgo de una tercera recesión y deflación en Europa, añadida a las elecciones en España -autonómicas y municipales en primavera y generales a final del ejercicio- y la previsible "fragmentación política" que seguirá.
El entorno internacional, con las elecciones en Grecia y el posible impago de su deuda, y la situación de Rusia le llevan a pensar que "si cualquiera de estos episodios acaba aumentando nuestra prima de riesgo, hay riesgo de recaída".
Pampillón observa con preocupación la irrupción de Podemos "un partido heterodoxo, con políticas extrañas y que generan desconfianza en la inversión exterior, que se puede llevar por delante todos los logros que todavía no han llegado a la población".
Tornabell admite por su parte que está "un poco desorientado" con las declaraciones "muy dispares" de este partido, en el sentido de que si primero mencionaban a Venezuela "como modelo" ahora hablan más de los países escandinavos.

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