domingo, 28 de diciembre de 2014

Una amenaza para casi todos, el desplome del precio de las materias primas / Jorge Chamizo

No solo es el petróleo, el desplome de las materias primas es general. El algodón ha caído en doce meses un 22%; el gas natural, un 15%; la soja por encima del 20%; el azúcar, un 15%; el cobre y el maíz, un 12% y el trigo un 8%.

Es un brusco y generalizado retroceso, que deriva en algunos casos de un repentino incremento de la oferta y en otros del retroceso de la demanda de los grandes países consumidores, principalmente la Unión Europea, Japón, y también China. Los perjuicios pueden ser mayores que los beneficios. Como todo cambio que es demasiado brusco en la Naturaleza, en la sociedad o en las organizaciones, estas caídas provocan efectos colaterales indeseados. Los frágiles equilibrios o soportables desequilibrios existentes saltan por los aires y cambian por completo las reglas del juego económico entre los países.

Como además son sacudidas muy bruscas es casi imposible predecirlas y prepararse para ellas. En el caso de las materias primas, su desplome tiene efectos de ida y vuelta. No sólo son un duro golpe para los países productores, sino también para los grandes consumidores que inicialmente se benefician de la caída, como Europa, EE.UU, Japón o China. Los productos elaborados por estos estados, que luego venden en sos países ricos en materias primas, no encuentran demanda.

En el caso español, detalla El Confidencial, el 15% del beneficio de las empresas del Ibex viene de Latinoamérica. Y los más afectados son, precisamente, BBVA, Santander y Telefónica, los valores de mayor peso del selectivo. La principal fuente de ingresos de la región procede de las materias primas, que aportan casi una cuarta parte de su recaudación fiscal. 

El batacazo del petróleo tiene otros efectos. Tal y como publica el Financial Times, el derrumbe del precio del petróleo amenaza a Rusia y su economía, un país beligerante y con armas nucleares, según recuerda el diario británico. La deuda rusa a dos años se sitúa por encima del 15% por primera vez en su historia, siendo la referencia ya más cara, y anticipando un impago de la misma.

Si Rusia se ve atrapada por los mercados y su población comienza a sufrir las consecuencias, la posibilidad de un conflicto bélico iniciado por el país más grande del mundo toma fuerza. Desde un punto de vista geopolítico y de seguridad, el hecho de que EEUU haya conseguido la independencia energética a través del shale gas y el shale oil puede provocar que la mayor economía del mundo deje de ejercer su papel de ‘policía del mundo’, algo que puede animar a ciertos países a intervenir en pro de su único beneficio, explica el rotativo británico.

Aunque la teoría más generalizada explica que un descenso del precio del petróleo funciona como un estímulo para el crecimiento mundial de la economía, algunos expertos aseguran que no es así. Simplemente se produce una redistribución de la renta a nivel mundial, lo que gana el bolsillo de los países importadores lo pierde el bolsillo de los países exportadores de oro negro.

Bien pensado, sin embargo, esa redistribución no es inocua. No está mal que la fiesta, es decir, la enorme cantidad de dinero que nos gastamos o ahorramos en combustibles, vaya cambiando de bolsiilos cada cierto tiempo. Basta recordar que ahora llenar el depósito de 60 litros de un coche diesel puede costar 18 euros menos que hace unos meses.

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