MOSCÚ.- La economía rusa sufrió en
noviembre su primer retroceso anual desde 2009, según las estimaciones
del Gobierno, lo que constituye una nueva señal de una probable entrada
de Rusia en recesión al término de un año marcado por el conflicto en
Ucrania y la caída de los precios del petróleo.
En su informe
mensual publicado el lunes, el Ministerio de Economía calcula que el
producto interior bruto (PIB) se contrajo un 0,2% en noviembre respecto a
octubre, tras una subida de 0,1% el mes anterior.
Respecto a noviembre de 2013, el PIB cayó un 0,5%, en lo que supone la primera caída interanual desde 2009.
El
rublo ha perdido más de un tercio de su valor desde principios de 2014 y
los efectos de esta crisis monetaria sin precedentes en los 15 años de
poder de Vladimir Putin se notan cada vez más.
La economía rusa
lleva años estancada y su PIB se contrajo, en varias ocasiones, en tasas
intermensuales o intertrimestrales, pero no lo había hecho de un año
para otro desde 2009.
El Ministerio atribuyó esta tendencia al
frenazo de la industria de transformación, así como a la menor actividad
en los sectores de la construcción, del comercio mayorista y de la
agricultura.
Para Ruslan Grinberg, director del Instituto
Económico de la Academia de Ciencias, el retroceso de noviembre supone
"el inicio de una recesión" debida a "las sanciones [occidentales por el
conflicto en Ucrania], la depreciación de la moneda y la gran debilidad
de las inversiones causada por la cancelación de grandes proyectos".
"De
momento, las autoridades tomaron medidas de emergencia, pero ahora
habrá que tomar medidas consecuentes para enfrentarse a la crisis",
agregó.
Vladimir Osakovski, economista del
Bank of America Merrill Lynch, prevé "el inicio de una recesión" en el
cuarto trimestre, que debería prolongarse hasta finales de 2015.
El
gobierno vaticina una reducción del PIB del 0,8% en 2015, tras un
crecimiento del 0,6% este año. Pero el Ministerio de Finanzas y el Banco
central advirtieron de que la caída podría superar el 4% si el barril
de crudo se mantiene en torno a los 60 dólares.
"El sector de los
bienes de consumo es el que se ha visto más afectado" y era el
"principal motor de la industria en los últimos años", comentó Alexandre
Morozov, economista de HSBC.
La drástica subida del tipo de
interés (hasta el 17%), aprobada por el Banco central para detener la
caída del rublo, tampoco es halagüeña para la economía. La decisión
volverá, en efecto, casi imposible el endeudamiento de hogares y
empresas.
El rublo sufrió los pasados 15 y 16 de diciembre su
mayor caída en 15 años antes de remontar, apoyado por las ventas de
divisas extranjeras por parte del banco central, el gobierno y los
grandes exportadores públicos.
La moneda volvía a caer este lunes
sobre las 15.00 GMT. El euro subía a 69,4 rublos frente a los 65,99 del
viernes, y el dólar alcanzaba los 56,75 rublos frente a los 54 del
viernes. Esto representa una caída del 35% con respecto al euro desde
principio de año y del 42% respecto al dólar.
El descalabro
monetario ya ha tenido un impacto notable sobre la inflación que, según
el gobierno, debería superar el 11% este año, su nivel más alto desde
2009.
De momento, el gobierno ha intentado sostener el sector
bancario. Para ello aprobó un plan de recapitalización de un billón de
rublos (17.500 millones de dólares) cuyos beneficiarios se conocerán
antes del 15 de enero.
Pese a estas medidas, la agencia de
calificación crediticia Fitch se mostró el lunes preocupada por las
consecuencias sobre el sector financiero de "la recesión económica, el
aumento significativo de los costes de financiación, la fuerte caída del
rublo, la ausencia de acceso a los mercados, una situación difícil en
materia de liquidez y aceleración de la inflación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario