WASHINGTON.- La Reserva Federal de Estados Unidos probablemente confirmará en su
reunión prevista para la próxima semana su plan de empezar a subir los
tipos de interés de corto plazo en 2015 y empezaría a preparar a los
mercados al eliminar del comunicado de prensa que se difunde después de
la reunión la indicación de que los tipos se mantendrán bajos durante un
"tiempo considerable".
Altas autoridades del banco central han insinuado que evalúan
dejar de usar esta frase, que se analiza muy de cerca como una señal
sobre los tipos de interés. Numerosos participantes del mercado
interpretan que "un tiempo considerable" alude a un periodo de unos seis
meses.
"Hay mayor claridad de que estamos más cerca de eliminar esta
(frase) comparado con hace unos meses", reconoció la semana pasada el
vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, en una entrevista con The
Wall Street Journal. Por su parte, el presidente de la Fed de Nueva
York, William Dudley, no ha empleado la expresión en intervenciones
recientes y se ha limitado a indicar que la entidad debería tener
paciencia antes de elevar los tipos de interés.
De todos modos, habrá un animado debate sobre el tema en la
reunión de política monetaria programada para el 16 y 17 de diciembre.
Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta, dijo el lunes ante un
grupo de periodistas que "no tiene prisa" para abandonar la frase
"tiempo considerable".
La eliminación de tal promesa marcaría un hito en la prolongada
campaña de la Fed para estimular la economía estadounidense mediante la
medicina del crédito barato. El banco central ha mantenido los tipos de
interés de corto plazo en cerca de cero desde diciembre de 2008, un
periodo mucho mayor del que muchos anticipaban. La Fed no ha iniciado
una serie de alzas de los tipos en una década.
"La decisión (...) será
histórica", aseguró Lockhart.
Una medida de ese tipo será más complicada puesto que los bancos
centrales de otras grandes economías como el Banco Central Europeo, el
Banco de Japón y el Banco Popular de China están flexibilizando las
condiciones del crédito ante el enfriamiento de la economía mundial, lo
que ha contribuido al alza del dólar.
La Fed ya ha dado pasos para desmantelar sus políticas de estímulo
y puso fin en octubre a un programa de compra de bonos, conocido como
expansión cuantitativa, diseñado para alentar el crecimiento. Muchos
miembros de la Fed creen que la economía será lo suficientemente sólida a
mediados del próximo año para resistir un aumento del tipo de interés
de referencia de corto plazo, un punto de vista respaldado por las
positivas cifras de empleo en Estados Unidos divulgadas el viernes.
El gran desafío de la reunión de la próxima semana será comunicar
la perspectiva de un alza de tipos sin atarse a un cronograma ni
perturbar los mercados como ha ocurrido en algunas ocasiones. La promesa
de no subir los tipos durante un "tiempo considerable" está presente en
los comunicados del organismo desde marzo.
La Fed ha utilizado variantes de esta garantía desde que redujo
los tipos a casi cero para convencer al público de que no empezará a
restringir el crédito de manera prematura.
El objetivo ha sido mantener
bajos los tipos de interés de largo plazo, que se determinan en parte
por las expectativas sobre los tipos de menor plazo.
La economía estadounidense está enviando señales contradictorias
que empujan a la Fed en direcciones opuestas. La consistente generación
de empleos y la caída de la desocupación sugieren que el mercado laboral
se está aproximando a un estado que los economistas califican de "pleno
empleo", en el que no hay una fuerza laboral ociosa que frene el
crecimiento de los salarios.
Al mismo tiempo, el fortalecimiento del
dólar y la caída de los precios de las materias primas -incluido el
pronunciado bajón del petróleo- están conteniendo la inflación.
Muchos funcionarios del banco central creen que la presión a la
baja sobre la inflación es pasajera y que los precios de consumo en
Estados Unidos se acercarán a la meta del 2% del organismo.
También
sostienen que los menores precios del petróleo impulsarán el crecimiento
económico. Además, muchos quieren empezar a elevar los tipos antes de
que la economía llegue al pleno empleo y, por ende, mantienen su
proyección de que empezarán a subir alrededor de junio.
"Las expectativas del mercado de que el alza ocurrirá alrededor de
mediados de 2015 me parecen razonables", apuntó Dudley la semana
pasada. Lockhart, un tanto más cauto, afirmó el lunes que prevé los
primeros aumentos de tipos a mediados de 2015 o después.
La Fed tiene que tomar en cuenta varios asuntos de índole táctica
que la podrían llevar a cambiar sus pronunciamientos sobre los tipos
ahora, en momentos en que le siguen tomando el pulso a la economía.
Janet Yellen, presidenta de la Fed, tiene contemplada una conferencia de
prensa después de que concluya la reunión del 17 de diciembre para
explicar la decisión más reciente de la entidad. No hay otra rueda de
prensa programada hasta marzo.
Si la Fed espera hasta esa fecha para
alterar el comunicado, el mercado podría interpretarlo como una señal de
que el organismo está aplazando las alzas de tipos hasta el segundo
semestre del próximo año.
Al mismo tiempo, la Fed tampoco quiere dar la impresión de estar
decidida a actuar a mediados de 2015 ni sugerir que los aumentos en los
tipos ocurrirán antes.
Dudley, que pertenece al círculo cercano de Yellen, ha insinuado
que la Fed podría cambiar la garantía de tipos bajos por un "tiempo
considerable" por una afirmación menos precisa de que tendrá paciencia
antes de tomar una decisión. Tal declaración sería un intento de
establecer un plazo más prolongado para los aumentos de los tipos que
daría al banco central margen de maniobra para cambiar de estrategia
según vaya evolucionando la economía.
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