OPORTO.-"Alugar para brincar" (Alquilar para jugar) es el nombre de este
negocio. Ofrecen juguetes para niños de hasta seis años y la tarifa por
mes es el equivalente al 20 % del valor del producto escogido en el
mercado. Una
empresa que tiene como bandera el consumo responsable y el valor de
compartir.
Entre las opciones destaca una cocina de juguete, que cuesta 25 euros
al mes; un caballo de madera, 19 euros; un tobogán de plástico, 20; un
columpio con toda la estructura, 16; y una cama elástica, por la que la
empresa pide 18 euros cada 30 días.
La idea inicial era alquilar sólo por mes, pero al final se han
tenido que adaptar y la flexibilidad es una de las señas de identidad de
la empresa. "Ahora ofrecemos juguetes para un fin de semana o para
medio año", dicen.
En este corto período de funcionamiento, ya diferencia entre dos
tipos de clientes: los que responden a una situación de crisis económica
y alquilan para ahorrar dinero y los que pueden comprar el juguete,
pero entienden esta alternativa como una enseñanza a sus hijos y una
forma de consumo responsable.
"Es habitual que, cuando a un niño se le compra un juguete, éste se
canse de él al cabo de poco tiempo, y con esta iniciativa se consigue
evitar ese tipo de situaciones", argumenta.
En un Portugal que acaba de regresar al crecimiento económico después
de tres años en recesión, la crisis todavía se nota en el bolsillo del
ciudadano medio e iniciativas como esta pretenden convertirse en una
alternativa para las familias que no pueden o no quieren comprar
constantemente juguetes para sus hijos.
La idea inicial era alquilar exclusivamente por Internet, pero
rápidamente se dieron cuenta de que "los clientes no acababan de
entender la idea o pedían aclarar algunas dudas", por lo que decidieron
ofrecer también la posibilidad de contactar por teléfono o incluso
concertar una cita personal.
Al contrario de lo que se podría esperar, la empresa no ha notado un
aumento de la demanda coincidiendo con estas fechas navideñas -en
Portugal sólo se celebra Papá Noel y los regalos se entregan pasada la
medianoche del 24 de diciembre-, un hecho que se considera
normal.
"Es raro regalar algo que en realidad es alquilado", razona la
creadora del negocio, que ha visto muchas posibilidades de crecer con el
alquiler de artículos para fiestas, eventos, salas de espera o
consultas médicas.
También han firmado acuerdos con hoteles para los huéspedes que
viajan con niños y no quieren que sus hijos se queden sin jugar durante
el fin de semana.
El transporte de la mercancía es gratuito, aunque de momento el
carácter familiar de la compañía limita su radio de actuación al norte
de Portugal, ya que la empresa tiene su sede en Oporto. Son las dueñas o
sus maridos quienes llevan el artículo personalmente a las casas de los
clientes, en su coche particular.
Sus impulsores garantizan que los juguetes siempre son limpiados a
fondo y desinfectados antes de mandarlos a una nueva casa para que los
disfruten otros niños.
El catálogo está en su página web y en su cuenta de Facebook, e
incluye algunos productos no disponibles en el mercado luso, por lo que
únicamente se distribuyen de forma "exclusiva" a través de esta empresa.
En caso de que se rompa completamente un producto alquilado, el
cliente paga el 80 % de su valor en el mercado, aunque la dueña afirma
que, por el momento, nunca se han encontrado con esta situación.
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