MOSCÚ.- El banco central de Rusia anunció este jueves la subida en un punto
de su tasa principal, al 10,5%, para tratar de frenar la inflación tras
el hundimiento del rublo, y alertó de que podrá seguir subiéndola.
Este
aumento en un punto del alquiler del dinero, anunciado al término de la
reunión mensual de política monetaria del Banco de Rusia, no ha
convencido al mercado ya que la divisa rusa ha seguido cayendo, a 68,98
rublos por euro y 55,45 rublos por dólar.
Esta subida "es lo
mínimo que podía hacer el banco central ante la reciente caída del
rublo", comentaron los economistas del gabinete londinense Capital
Economics.
La mayoría de los economistas consideran inevitable
que se cierre el grifo del crédito en un contexto de subida de los
precios y el hundimiento del rublo, que ha perdido el tercio de su valor
desde inicios de año ante el euro y el 40% ante el dólar.
"En
caso de nueva agravación de los riesgos inflacionistas, el Banco de
Rusia seguirá aumentando su tasa principal", anunció la institución en
un comunicado.
- Inflación al 10% -
La institución ha
revisado al alza los precios al consumo al 9,4% y anticipa que llegará
al 10% al final de año, antes de seguir subiendo en el primer trimestre
de 2015.
El Banco de Rusia, que ha logrado mantener una
reputación de independencia poco común en el país, se encuentra en una
situación delicada, ya que está procurando calmar una tormenta causada
por factores que no dependen de él, como la crisis ucraniana y la caída
de los precios del petróleo.
También tiene que demostrar que no se
queda con los brazos cruzados para evitar un movimiento de pánico en
los mercados y en los particulares, y actuar con tacto para no afectar a
una economía al borde de la recesión, con tasas de interés demasiado
elevadas para las empresas.
La tasa principal ha pasado del 5,5%
al 10,5% desde la primavera boreal, pero la economía crecerá 0,6% este
año, un resultado inesperado en este contexto. No obstante, para el
futuro, las perspectivas se oscurecen.
El banco central prevé un
crecimiento "cercano a cero" el año próximo, lo que no sorprende, dado
que el gobierno prevé una recesión, pero también para 2016, atrasando
cualquier perspectiva de recuperación hasta 2017.
"El considerable
deterioro de las condiciones externas resultante de la caída de los
precios del petróleo y el cierre del acceso a los mercados extranjeros" a
raíz de las sanciones occidentales a Moscú justifican estas
previsiones.
"Por el momento,
la estrategia es subir los tipos de interés al nivel necesario para
estar un poco por encima de la inflación sin afectar demasiado a la
economía real, ya que el riesgo es que aumenten los créditos malos",
explica Natalia Orlova, economista del banco ruso Alfa.
Para
el banco central ruso, las tasas son la principal herramienta desde que
decidió en noviembre dejar fluctuar libremente al rublo, cansado de
inyectar miles de millones de dólares para enmarcar sus movimientos sin
estabilizarlo.
Y sus acciones parecen aún más importantes ante la
impotencia del gobierno. El miércoles, el primer ministro Dmitri
Medvedev estimó que lo mejor es ser paciente, y pidió a los rusos que
conserven sus rublos ya que van a terminar subiendo.
"La caída del
rublo se ha convertido en parte integrante de la reacción del gobierno a
la caída del precio del petróleo" ya que infla los ingresos de las
ventas en divisas extranjeras de hidrocarburos, estimó Capital
Economics.
"Pero sus costos son importantes" en términos de
inflación, agrega, al considerar que los riesgos de crisis monetaria han
aumentado en los últimos tiempos.
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