MADRID.- El Gobierno español
considera que el denominado "plan Juncker", que prevé movilizar 315.000
millones de euros en inversiones, puede ser un instrumento muy útil para
el crecimiento de la UE, pero apela a la cautela y alerta de que no
deben crearse expectativas que no se puedan cumplir y generen un
sentimiento de frustración.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, logró el
aval del Parlamento Europeo a este plan y, en los próximos meses, se
deberán decidir los proyectos presentados por cada uno de los socios
comunitarios que pueden beneficiarse del mismo.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha acogido desde el primer momento con
satisfacción una iniciativa de estas características porque respalda que
las políticas de consolidación fiscal vayan acompañadas de otras
políticas de estímulo al crecimiento.
Pero fuentes diplomáticas españolas han alertado de la
posibilidad de que se estén generando unas expectativas demasiado
grandes.
Explican que lo que se pretende es conseguir inversiones destinadas
principalmente a infraestructuras energéticas y de transporte, la agenda
digital y proyectos de I+D+i, y que el riesgo principal es que no haya
dinero nuevo para esos proyectos.
Un total de 15.000 millones son del presupuesto comunitario ya aprobado y otros 6.000 son del Banco Europeo de Inversiones.
Con esas aportaciones se pretende incentivar inversiones hasta 15
veces más de capital privado para llegar a los 315.000 calculados.
Aunque el Gobierno español comparte totalmente la tesis de que el
dinero público europeo tiene un efecto multiplicador, apela a la cautela
respecto a la cifra a la que se aspira porque los inversores privados
atienden lógicamente a la rentabilidad.
El riesgo que ve el Ejecutivo es que, en vez de plantearse nuevos
proyectos, el dinero sólo sirva para financiar en mejores condiciones
otros que ya están previstos.
Es el caso de algunos de los proyectos de interconexión entre España y
Francia que fueron reafirmados el pasado lunes en París por el jefe del
Gobierno, Mariano Rajoy, y por el presidente francés, François
Hollande, en la cumbre bilateral que copresidieron.
"Tal y como está planteado hoy, está pensado para aliviar la
financiación de proyectos ya en curso. Nos parece bien, pero es
insuficiente", subrayan las fuentes diplomáticas.
En esa línea insisten: "No vemos que haya ahora suficientes atractivos como para que haya muchas inversiones nuevas".
España ya ha enviado a Bruselas un listado de proyectos susceptibles
de beneficiarse de este plan (por un importe de algo más de 50.000
millones de euros) pero no es un documento definitivo, ya que en función
de lo que ocurra en los próximos meses (hasta junio) puede ir cambiando
Por ejemplo, puede haber una variación si prosperara la posibilidad
(que España defiende) de que la financiación de algunos proyectos
pudieran descontarse de la cifra de déficit.
El Gobierno expone todas esas prevenciones para que no se cree una
sensación de "bienvenido mister Marshall" y que, por ejemplo, se generen
expectativas no reales por parte de las comunidades autónomas.
Al respecto, las fuentes citadas señalan que estos proyectos tienen
una parte de financiación autonómica y, en este momento, las comunidades
no están en condiciones de afrontarla.
"Nos preocupa la generación de expectativas y la frustración del no
cumplimiento de las mismas, porque eso afecta a la visión que los
ciudadanos tienen sobre Europa", han subrayado fuentes consultadas, que han sentenciado: "Hay que ser ambiciosos, pero no
disparatados".
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