MADRID.- El IBEX 35 ha cerrado hoy el año con un
repunte del 3,66 % pese a que en diciembre se ha dejado un 4,56 % en el
que ha sido su peor mes desde junio de 2013.
En su última sesión del año el IBEX ha dado un giro de 360 grados y ha concluido donde empezó, en 10.279 puntos, los mismos con los que comenzaba la jornada, sin referencias de interés y mercados como Fráncfort o Milán cerrados desde ayer.
En su última sesión del año el IBEX ha dado un giro de 360 grados y ha concluido donde empezó, en 10.279 puntos, los mismos con los que comenzaba la jornada, sin referencias de interés y mercados como Fráncfort o Milán cerrados desde ayer.
El principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, ha cerrado el año con una subida del 3,66 % con lo que suma ya dos ejercicios consecutivos al alza y se sitúa como el índice más rentable entre los principales de Europa.
Pese a que el alza acumulada desde enero está lejos del 21,4 % de subida en 2013, el IBEX ha
batido a sus homólogos europeos, ya que el DAX de Fráncfort ha subido
un 2,65 % y el MIB de Milán, un 0,23 %, en tanto que los parqués de
París y Londres han cerrado con pérdidas anuales, del 0,54 % y del 2,71
%, respectivamente.
El indicador se ha movido este año entre el mínimo anual de cierre de 9.669 alcanzado el 16 de octubre y el máximo de 11.187 del 19 de junio.
La Bolsa española comenzaba el año con buen pie y se sobreponía a la
crisis de las divisas de países emergentes, la desaceleración de China o
la retirada de los estímulos monetarios en EEUU, donde los principales
indicador de Wall Street comenzaban a encadenar máximos históricos.
Los resultados empresariales han servido de sostén a la renta variable, pero también el mercado de deuda soberana, donde la prima de riesgo se apeó de los 200 puntos básicos y comenzó una ininterrumpida trayectoria bajista hasta cerrar en 113.
Impermeable
a todos los reveses, la Bolsa española cerraba el primer trimestre con
un repunte del 4,27 %, pese al cambio de gobierno en Italia, los planes
para ampliar el plazo del plan de rescate a Grecia o las tensiones entre
Ucrania y Rusia.
A ello también contribuía la esperanza de los inversores acerca de que el Banco Central Europeo (BCE) se
decidiera a adoptar medidas para combatir la inflación y estimular la
economía con medidas no convencionales, como la compra de deuda si fuera
necesario.
A mitad de año, la revalorización del IBEX 35
alcanzaba el 10,15 %, y sólo en junio, ganó un 1,16 % gracias a que el
BCE volvió a reducir los tipos de interés hasta el mínimo del 0,15 %, a
la mejoría de los indicadores macroeconómicos y a los máximos de Wall
Street.
En verano, el IBEX rompió una racha de siete meses de
ganancias por culpa de la amenaza de una suspensión de pagos en
Argentina y por la delicada situación de los bancos portugueses, aunque
también influyó el mal sabor de boca que dejó el "caso" Gowex, empresa que cotizaba en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y que se demostró había falseado durante años sus cuentas.
De
nuevo fue el BCE el que permitió al IBEX cerrar agosto sin pérdidas,
cada vez más cerca la posibilidad de que el organismo comprara deuda
pública; en septiembre, una segunda bajada de tipos hasta el mínimo
histórico del 0,05 % conseguía mitigar la incertidumbre que despertó el
referéndum escocés, pero no ocultaron la evidente desaceleración del
crecimiento en la zona del euro, y sobre todo en Alemania.
Los esperados y muy satisfactorios resultados de los test de estrés a la banca europea,
que las entidades españolas pasaron con holgura, no fueron suficiente
para frenar el pánico desatado por la crisis del ébola y la posibilidad
de que Grecia abandonara el programa de ayuda europeo.
Pese a la rotunda oposición del Bundesbank, el BCE reiteraba
su disposición a comprar deuda soberana para combatir la baja
inflación, pero este empujón no conseguía frenar el miedo de los
inversores a los efectos de una pronunciada caída del precio del
petróleo, actualmente en mínimos de cinco años.
Este dato, junto
con la crisis política en Grecia, que el 25 de enero votará en unas
elecciones que podrían otorgar el Gobierno al partido Syriza, partidario
de renegociar la deuda e incluso salir del euro, hundían el IBEX un
4,56 % en diciembre, en su peor mes desde junio de 2013.
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