domingo, 14 de diciembre de 2014

La Construcción en España se despereza

MADRID.- España, tan acostumbrada a un paisaje coronado de grúas durante décadas, está volviendo tímidamente a la actividad después de siete años de una sequía histórica con el pinchazo de una burbuja inmobiliaria que desencadenó la mayor recesión desde la democracia.

Entre los meses de junio y septiembre, la construcción residencial registró su primer aumento trimestral desde el comienzo de la crisis.
Pero aunque los datos muestran señales de un incipiente aumento de la confianza de los españoles en la recuperación de su economía, los expertos coinciden en que es improbable que la actividad vuelta a niveles anteriores de la crisis, por lo que la otrora enorme aportación al empleo y el PIB del sector habrá todavía de ser sustituida por otra actividad.
Actualmente la construcción en España representa alrededor del cinco por ciento del Producto Interior Bruto (unos 50.000 millones de euros) en comparación con el diez por ciento que contabilizaba en los años de bonanza y su tasa de empleo ha descendido a casi la mitad de lo que concentraba antes de la crisis inmobiliaria de 2008 sin perspectivas inmediatas de un fuerte repunte.
En la cima de un ciclo explosivo que duró una década, España construía anualmente más casas que Alemania, Francia e Italia juntas. Esta desorbitada actividad ha dejado un stock de 740.000 viviendas nuevas sin vender, con perspectivas difíciles de absorción habida cuenta de que muchos de ellos se encuentran fuera de las grandes ciudades, en zonas como Guadalajara o La Rioja, donde la demanda es bajísima.
Los bancos, con 161.000 millones de euros de deuda promotora pesando sobre sus balances, gran parte de ella considerada problemática, han extremado la cautela sobre los préstamos para nuevos proyectos y se están centrando casi exclusivamente en desarrollos de alta gama en Madrid y Barcelona, donde los precios empiezan a subir selectivamente.
Además, los promotores deben tener vendidos de antemano al menos la mitad de los pisos antes de cerrar acuerdos de financiación y también han de financiar por su propia cuenta la compra de los terrenos y aportar aproximadamente la mitad de los costes de construcción, explican fuentes bancarias.
Pero incluso a pesar de las estrictas condiciones actuales, que contrastan con una década en la que incluso modestos albañiles constituían pequeñas promotoras animados por la barra libre de la financiación, hay más proyectos que el año pasado, especialmente por las perspectivas en Madrid y Barcelona.
Entre enero y octubre, el ayuntamiento de Madrid ha otorgado 3.131 permisos de construcción residencial, más de lo concedido en el conjunto de 2013.
Los bancos, que han visto caer sus márgenes por los bajos tipos de interés y que son mucho más selectivos a la hora de elegir a los clientes, están viendo en los proyectos de viviendas de alta gama una oportunidad de captar clientes con altos ingresos a los que más adelante también podrán ofrecer nuevos productos.
Aunque el 80 por ciento de los españoles son dueños de su casa, dos veces más que la media de la zona euro, el importe de las nuevas hipotecas concedidas se ha reducido a una décima parte respecto a los 127.233 créditos inmobiliarios que se firmaban en marzo de 2006.
De los compradores, una proporción más grande de lo habitual son españoles que trabajan actualmente en el extranjero con empleos bien remunerados (en zonas que van de Australia al Golfo) en sectores como la ingeniería, en una muestra de cómo los profesionales que han viajado al extranjero para trabajar durante la crisis están ayudando al país a recuperarse.
En este escenario hiperselectivo y mientras miles de pisos construidos hace años siguen sin venderse, los promotores más avispados están preparados para pujar por otras parcelas de terreno promocional en las grandes ciudades con alto potencial de interés.

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