MOSCÚ.- El presidente Vladimir Putin aseguró que es inevitable el
crecimiento económico de Rusia y su salida de las dificultades actuales,
provocadas por la bajada de los precios del petróleo y las sanciones
impuestas por Occidente.
Durante su décima rueda de prensa anual, esta vez ante 1.259
periodistas según los organizadores, el estadista estimó que demorará un
bienio remontar este panorama, de acuerdo con las circunstancias
actuales.
Putin criticó a los líderes occidentales porque creen que son vencedores y los demás son sus vasallos, y deploró la expansión de la OTAN hacia el este tras la caída del Muro de Berlín, pese a que declaró lo contrario.
Al ampliar más sobre las relaciones de Moscú con la contraparte occidental y sus intenciones de doblegar al estado eurasiático, el jefe del Kremlin expresó que "al oso siempre tratarán de ponerle una cadena".
Si bien admitió la complejidad y delicada situación de la economía rusa este año, el mandatario aseguró que pese a las turbulencias financieras, el presupuesto federal cerrará 2014 con un superávit equivalente al 1,9 por ciento del Producto Interno Bruto.
Dijo, no obstante, que en el peor escenario del desarrollo de los acontecimientos económicos, la economía nacional podría recuperarse en dos años. Luego inexorablemente habrá crecimiento económico, agregó.
Predijo igualmente como factor inevitable una adaptación de la economía rusa a la coyuntura de los bajos precios del petróleo, una de las causas externas de las turbulencias en el mercado financiero ruso y la devaluación del rublo, según las autoridades locales.
En lo social, Putin destacó entre los principales resultados del año los logros en la dinámica demográfica, al revertirse la pirámide en favor de la natalidad con el consecuente crecimiento poblacional. Haremos todo por mantener esa tendencia, acentuó.
Mencionó entre los temas domésticos que consideró relevantes la atención prestada por el Gobierno al incremento de la capacidad combativa y el aseguramiento técnico-material de las Fuerzas Armadas.
Putin reiteró que en general las políticas implementadas por el Gobierno y el Banco Central son adecuadas y funcionales, pero alertó que si la situación se desarrolla en una dirección desfavorable, tendrían que hacerse correcciones a los planes, aunque sin afectar los compromisos sociales, según aclaró.
En cuanto al enfriamiento de las relaciones con Occidente, Putin acusó a Europa de construir nuevos muros divisorios mediante la oleada de sanciones impuestas a Moscú, por lo que, según él, molesta a los occidentales, en alusión a las posiciones soberanas de Rusia.
Deploró que los gobiernos occidentales se crean un imperio de vencedores y el resto los vasallos, y rechazó las intenciones de doblegar a esta nación.
Rusia no ataca a nadie, solo defiende sus intereses nacionales y la preservación como nación y Estado independiente, aseveró el líder ruso.
La tradicional rueda de prensa anual del presidente ruso transcurre en circunstancias económicas y políticas sin precedentes, matizada por la depreciación del rublo, bajos precios del petróleo y una oleada de sanciones impuestas por Washington y sus aliados.
Esta tradicional sesión de preguntas y respuestas estableció una marca de duración en 2008 con cuatro horas y 40 minutos, y participación con 1.364 periodistas.
Putin criticó a los líderes occidentales porque creen que son vencedores y los demás son sus vasallos, y deploró la expansión de la OTAN hacia el este tras la caída del Muro de Berlín, pese a que declaró lo contrario.
Al ampliar más sobre las relaciones de Moscú con la contraparte occidental y sus intenciones de doblegar al estado eurasiático, el jefe del Kremlin expresó que "al oso siempre tratarán de ponerle una cadena".
Si bien admitió la complejidad y delicada situación de la economía rusa este año, el mandatario aseguró que pese a las turbulencias financieras, el presupuesto federal cerrará 2014 con un superávit equivalente al 1,9 por ciento del Producto Interno Bruto.
Dijo, no obstante, que en el peor escenario del desarrollo de los acontecimientos económicos, la economía nacional podría recuperarse en dos años. Luego inexorablemente habrá crecimiento económico, agregó.
Predijo igualmente como factor inevitable una adaptación de la economía rusa a la coyuntura de los bajos precios del petróleo, una de las causas externas de las turbulencias en el mercado financiero ruso y la devaluación del rublo, según las autoridades locales.
En lo social, Putin destacó entre los principales resultados del año los logros en la dinámica demográfica, al revertirse la pirámide en favor de la natalidad con el consecuente crecimiento poblacional. Haremos todo por mantener esa tendencia, acentuó.
Mencionó entre los temas domésticos que consideró relevantes la atención prestada por el Gobierno al incremento de la capacidad combativa y el aseguramiento técnico-material de las Fuerzas Armadas.
Putin reiteró que en general las políticas implementadas por el Gobierno y el Banco Central son adecuadas y funcionales, pero alertó que si la situación se desarrolla en una dirección desfavorable, tendrían que hacerse correcciones a los planes, aunque sin afectar los compromisos sociales, según aclaró.
En cuanto al enfriamiento de las relaciones con Occidente, Putin acusó a Europa de construir nuevos muros divisorios mediante la oleada de sanciones impuestas a Moscú, por lo que, según él, molesta a los occidentales, en alusión a las posiciones soberanas de Rusia.
Deploró que los gobiernos occidentales se crean un imperio de vencedores y el resto los vasallos, y rechazó las intenciones de doblegar a esta nación.
Rusia no ataca a nadie, solo defiende sus intereses nacionales y la preservación como nación y Estado independiente, aseveró el líder ruso.
La tradicional rueda de prensa anual del presidente ruso transcurre en circunstancias económicas y políticas sin precedentes, matizada por la depreciación del rublo, bajos precios del petróleo y una oleada de sanciones impuestas por Washington y sus aliados.
Esta tradicional sesión de preguntas y respuestas estableció una marca de duración en 2008 con cuatro horas y 40 minutos, y participación con 1.364 periodistas.
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