MOSCÚ.- Rusia y otras cuatro
naciones ex soviéticas completaron ayer martes la creación de una nueva
alianza económica destinada a reforzar su integración, pero el ambicioso
grupo mostró inmediatamente indicios de fractura, cuando el presidente
de Bielorrusia criticó duramente Moscú.
La llamada Unión Económica
Euroasiática —que incluye a Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y
Kirguistán— nacerá formalmente el 1 de enero. Además de promover el
libre comercio entre sus integrantes, coordinará los sistemas
financieros de los países miembros y regulará sus políticas industriales
y agrícolas, junto con los mercados laborales y las redes de
transporte.
Rusia había alentado a Ucrania para que se uniera,
pero su ex presidente pro Moscú fue derrocado en febrero luego de meses
de protestas. Rusia se anexó posteriormente la península ucraniana de
Crimea y persiste una insurgencia pro rusa en el este de Ucrania.
El
presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la nueva organización tendrá
una producción económica combinada de 4,5 billones de dólares y reunirá a
170 millones de personas.
"La integración de Eurasia se basa en
el beneficio mutuo y tomará en cuenta los intereses mutuos", dijo Putin
después de las conversaciones.
Sin embargo, su colega de
Bielorrusia, Alexander Lukashenko, rompió el encanto de la ceremonia al
lanzar un duro ataque contra Moscú, al decir que los intereses
económicos bielorrusos se vieron afectados por medidas del Kremlin que
restringieron sus exportaciones a Rusia.
Bielorrusia,
al estar ubicado entre Rusia y dos miembros de la Unión Europea
—Polonia y Lituania- , se vio muy beneficiada por la prohibición de Moscú
a las importaciones de alimentos procedentes de la UE, en represalia a
las sanciones occidentales contra Rusia. Bielorrusia aumentó entonces
las importaciones de alimentos de los países de la UE y las revendía a
Rusia.
Las autoridades rusas tomaron represalias entonces,
bloqueando las propias exportaciones bielorrusas de leche y carne,
alegando razones sanitarias, y prohibiendo el tránsito de alimentos
bielorrusos con destino a Kazajstán a través de territorio ruso, bajo la
sospecha de que gran parte de ellos terminaban realmente en Rusia.
"En
violación de todas las normas internacionales, nos hemos enfrentado a
la prohibición de tránsito", dijo Lukashenko. "Se hizo de manera
unilateral y sin ningún tipo de consultas", agregó.
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