BRUSELAS.- La economía mundial debería de recuperarse finalmente
de la resaca de la crisis financiera este año por un repunte en el
crecimiento y la subida en los precios de la vivienda, pero la reducción
de los estímulos monetarios en Estados Unidos planteará un reto.
Tras meses de incertidumbre, los inversores verán cómo la Reserva
Federal de Estados Unidos lleva a cabo su decisión de frenar su política
de dinero fácil a partir de este mes.
Las cifras del empleo en EEUU, conocidas el viernes, darán a los
mercados señales del ritmo al que la Fed podría reducir su programa de
compra de bonos, mientras que las actas de la reunión del 18 de
diciembre arrojarán más luz sobre el razonamiento del banco central.
"Estados Unidos será el foco principal porque la Fed finalmente ha
comenzado a recortar sus compras de activos", dijo James Knightley,
economista senior de ING en London.
"No obstante, la Fed ha dejado claro que no pretende reducir su hoja
de balance pronto y que las subidas de tipos siguen estando fuera del
panorama", añadió.
El estímulo monetario de la Fed apoyó a la economía de Estados
Unidos, tras la mayor crisis económica después de la Gran Depresión, y
ahora el país encabeza la recuperación mundial.
Estados Unidos podría crecer este año hasta un 3 por ciento,
ayudando a que la economía mundial se expanda un 4 por ciento, según un
informe del Fondo Monetario Internacional.
La delicada tarea de terminar gradualmente con el programa de
compras mensuales de 85.000 millones de dólares de activos recaerá casi
con certeza en Janet Yellen, cuya candidatura a presidir la Reserva
Federal se votará el lunes en el Senado estadounidense.
Yellen, quien será la primer mujer en presidir el banco central
estadounidense, se hará con el mando el 1 de febrero después que Ben
Bernanke concluya su segundo mandato.
En los mercados emergentes, los principales beneficiados el dinero
barato ofrecido por la Fed, el recorte de estímulos puede llevar a que
los inversores reduzcan sus carteras de deuda y acciones. El crecimiento
económico puede además verse perjudicado en el corto plazo porque no se
realizaron reformas durante los años de abundancia.
Los mercados emergentes se están volviendo una preocupación más
importante para la economía mundial, ahora que los países ricos se
recuperan de la crisis financiera de 2008-2009. Una desaceleración en
China, que genera más de un tercio del crecimiento mundial, ha
contribuido a la inquietud.
Esta semana, la segunda mayor economía del mundo publicará cifras de comercio, inflación, actividad empresarial y créditos.
En Europa, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no
estará de humor para celebraciones cuando el consejo de gobierno del
regulador monetario se reuna el jueves.
Draghi se enfrenta a la difícil tarea de apoyar el crecimiento
económico con unas herramientas limitadas, en una región donde el
desempleo sigue en récord y hay un alto endeudamiento público y privado.
El BCE tiene prohibido comprar directamente bonos de los Gobierno y
no puede seguir el camino de la Fed, pese a que tiene maneras de
adquirir los bonos a los bancos en los mercados secundarios.
Draghi dijo la semana pasada que no veía "la necesidad de una acción
inmediata", tras bajar los tipos de interés a un mínimo histórico
del0,25 por ciento en noviembre.
"Draghi simplemente volverá a decir que el BCE está listo para
actuar", dijo Michael Schubert, economista de Commerzbank en Fráncfort.
Antes de la reunión del BCE se conocerán las cifras de inflación de
la eurozona el martes, mientras que una encuesta del sector servicios
mostrará que el bloque cerró el año con un tono moderadamente sólido,
pese a la preocupación por Francia.
Fuera de la zona del euro, el Banco de Inglaterra se reunirá también
el jueves, pero no se espera un cambio de su política monetaria este
mes. El consenso de las opiniones es que el tipo se mantendrá en el
mínimo de un 0,5 por ciento hasta 2015.