PARÍS.- Los principales sindicatos franceses se manifestaron
hoy en París para protestar por el plan de ajuste presentado por el
Gobierno socialista, en una jornada que la líder del ultraderechista
Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, utilizó para arremeter contra la
Unión Europea (UE).
"Es difícil ver la diferencia entre la política de
Nicolas Sarkozy y la de
François Hollande.
Tenemos la sensación de que una es la continuación de la otra: no a los
salarios, no al empleo, sí al declive industrial de nuestro país",
declaró a la prensa el secretario general de la Confederación General de
los Trabajadores (CGT), Thierry Lepaon.
Ese sindicato, junto con Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical
Unitaria (FSU) y Solidarios, congregó a los trabajadores en la simbólica
plaza de la Bastilla de París, símbolo de la Revolución Francesa, para
protestar contra el plan de ajuste de 50.000 millones de euros entre
2015 y 2017 presentado por el Gobierno.
El plan, que abandera el primer ministro francés, Manuel Valls y que
aprobó la Asamblea Nacional, prevé la congelación del sueldo de los
funcionarios, la disminución del número de empleados públicos y la
reducción del presupuesto destinado a sanidad y prestaciones sociales,
entre otras medidas.
Servirá, esencialmente, para financiar el "pacto de responsabilidad",
una rebaja impositiva de 30.000 millones de euros que el Ejecutivo ha
concedido a las empresas para que ganen competitividad y generen empleo.
La marcha en París contó con la participación de 65.000 personas, según los organizadores, y 15.500, de acuerdo con la policía.
En total, los sindicatos fijaron en 210.000 las personas que salieron
a las calles en las marchas convocadas en cerca de 300 municipios,
cifra que el Ministerio del Interior redujo a 100.000.
Eslóganes contra la austeridad y contra el presidente francés,
François Hollande, se mezclaron con enseñas sindicales, comunistas,
retratos del Che Guevara y banderas de países latinoamericanos como
Venezuela, Bolivia o Uruguay en una marcha de tono festivo.
En la manifestación de París participó el candidato español de la
formación Podemos a las elecciones europeas, Pablo Iglesias, quien quiso
de esa forma hacer "un gesto a todos esos jóvenes de nuestro país que
para poder trabajar han tenido que emigrar".
"Es fundamental decir en Europa, con otros europeos del sur, que no
queremos ser una colonia" en la que "mano de obra barata y maltratada
sirve tapitas y cañitas a los ricos del norte", dijo Iglesias.
No se sumaron a la protesta los dos sindicatos más cercanos al
Partido Socialista, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo
(CFDT) y la Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNSA), que llamarán a
los suyos a concentrarse horas antes en la parisina plaza de
Estalingrado.
La suya fue una reunión consagrada a frenar "los populismos y la
extrema derecha", con las elecciones al Parlamento Europeo (PE) del 25
de mayo a la vista, según la convocatoria.
Esos dos sindicatos, sin embargo, sí se manifestarán el próximo día
15 junto al resto de las organizaciones en la protesta convocada para
rechazar la congelación de los sueldos de los funcionarios porque "es un
problema y una injusticia flagrante", señaló el secretario general de
la CFDT, Laurent Berger.
El Primero de Mayo también sirvió de tribuna política a la
ultraderecha, que tradicionalmente conmemora en esa fecha la figura de
Juana de Arco y su victoria en el siglo XV al frente de las tropas
francesas contra el ejército inglés.
Le Pen, a quien varios sondeos sitúan como ganadora de las elecciones
al Parlamento Europeo, animó a combatir la abstención ante sus
simpatizantes, congregados en una jornada lluviosa ante la Ópera Garnier
de París, 3.500 personas, según la policía, y 20.000, de acuerdo con
los organizadores.
"Los que no vayan a votar dejarán a los partidarios de esa Unión
Europea la posibilidad de continuar su funesta obra", alertó Le Pen bajo
un panel con un claro eslogan: "No a Bruselas, sí a Francia".
Se da la circunstancia de que un sondeo elaborado por el instituto
Ifop y difundido hoy por la web conservadora Atlantico.fr arroja que
solo el 32 por ciento de los franceses confía en sus sindicatos, frente a
un 68 % que no les da credibilidad.
Se trata de un significativo bajón respecto a una encuesta similar
publicada en octubre de 2010, cuando en un contexto de protesta contra
la reforma del sistema de pensiones del entonces presidente conservador
Nicolas Sarkozy el 53 % de los franceses mostraba su confianza en las
agrupaciones de trabajadores.