LISBOA.- El Gobierno de Portugal brinda por su salida del rescate internacional que impuso años de austeridad a sus ciudadanos. El sábado, Portugal se convertirá en el segundo país de la zona euro que sale del rescate, después de Irlanda, tras haberse ceñido a la receta de austeridad de la Unión Europea para combatir la crisis de la zona euro.
El programa de rescate por 78.000 millones de euros de la UE y el
Fondo Monetario Internacional creado en 2011 para un país casi en la
bancarrota, concluirá formalmente con un presupuesto portugués en mucho
mejor estado y con los costes de endeudamiento en mínimos de ocho años.
Pero una caída sorprendente del 0,7 por ciento de su PIB en el
primer trimestre subraya los riesgos inherentes al plan de recuperación
económica, ya que, al centrarse en alimentar el crecimiento de las
exportaciones reduciendo costes laborales, se ha vuelto dependiente de
la volátil demanda exterior.
Esos datos, publicados el jueves, también ilustraron lo lejos que está el país de una recuperación económica duradera.
El banco central de Portugal subrayó los retos, diciendo que los
progresos realizados bajo el rescate eran insuficientes, y dijo que para
asegurar un crecimiento sostenido y que los bancos vuelvan a prestar de
nuevo harán falta más reformas.
Pero ya que el Gobierno, que no dependerá de la ayuda, mira con
ansiedad las elecciones de 2015, estas reformas podrían no llegar a
materializarse.
Para aquellos que han perdido sus puestos de trabajo o visto
recortados sus salarios, la vida después del rescate plantea dolorosas
preguntas: ¿merecieron la pena las reformas y proporcionarán suficiente
crecimiento para crear empleo y mejores condiciones de vida?
Más al sur, en la ciudad industrial de Setubal - una de las más
pobres de Portugal con un alto desempleo - hay pocos indicios de un
crecimiento que, antes de estancarse, había vuelto a registrar tasas
positivas en el segundo trimestre del año pasado.
El problema, dicen los economistas, es que las reformas ya aplicadas
durante los tres años de recesión y austeridad sólo tendrán un impacto
retrasado.
El Gobierno ha abaratado la contratación y el despido. Eso ha
rebajado el coste de los negocios y ha ayudado a reducir el desempleo
desde un máximo del 17,5 por ciento en 2013.
Pero muchos observadores dicen que puesto que la austeridad durante
el rescate se centró de forma abrumadora en el recorte de costes -como
en los salarios del sector público y las pensiones - y subidas de
impuestos, las reformas más profundas que habrían reducido el tamaño del
Estado o dado un enfoque más exportador a la economía no han tenido
lugar.
"El programa de ajuste (rescate) básicamente se ha basado en la
devaluación interna", dijo Antonio Costa Pinto, analista político de la
Universidad de Lisboa.
Eso ha contentado a los acreedores. Los costes laborales en Portugal
cayeron un ocho por ciento desde 2011 a 11,6 euros la hora en 2013,
según la agencia de estadísticas de la UE, Eurostat. El ajuste supuso
mejoras competitivas y el valor de las exportaciones subió a un 41 por
ciento del PIB el año pasado
Pero la Comisión Europea dijo que después de que los salarios
bajaran alrededor de un cinco por ciento entre 2010 y 2013, Portugal aún
está a medio camino de recortar los salarios a niveles que reducirían
el desempleo de forma tangible.
"Los retos de Portugal siguen siendo los mismos", dijo Costa Pinto, subrayando la necesidad de ganar más competitividad.