MADRID.- El Banco Central Europeo (BCE) se decidió este jueves a sacar la gran artillería para fomentar el consumo, la inversión y el crecimiento económico en la ‘zona euro’. Es lo que venían pidiendo la mayoría de gobiernos y mercados europeos hace tiempo y finalmente las medidas han sido acordadas con una unanimidad inusitada, incluso por parte de los consejeros más afines a una Alemania que se mostraba algo reacia a utilizar tal munición ahora y casi de una sola vez.
En su habitual reunión de política monetaria que hace el primer
jueves de cada mes, la institución con sede en Fráncfort optó en primer
lugar por reducir el principal tipo de interés al 0,15%, un nuevo mínimo
histórico frente al nivel precedente del 0,25% que estaba en vigor
desde noviembre. A su vez, la rentabilidad de los depósitos de 24 horas
la dejó por vez primera en negativo al situarla en el -0,10%; desde
julio de 2012 estaba en el 0%.
El BCE se convierte así en el primer banco central de envergadura que
hace pagar a los bancos por depositar su dinero en las ventanillas del
BCE, algo que hasta ahora sólo habían hecho algunos institutos
nacionales como el Banco de Dinamarca. Asimismo, redujo la tasa de
préstamo marginal que hace pagar a los bancos que piden prestado dinero
en la ventanilla del BCE también durante 24 horas, desde el 0,75% al
0,40%.
Estas medidas están acompañadas por otras destinadas a incentivar el
flujo del crédito a empresas y particulares. Y es que si el crédito no
se recupera tampoco lo harán las inversiones ni la economía, advierten
los expertos.
El BCE pondrá hasta 400.000 millones de euros a disposición de los
bancos en nueva barra libre de liquidez financiera con el fin de que
abran el grifo del crédito tanto a pequeñas y medianas empresas (pymes)
como a los consumidores. Asimismo, prolongará sus operaciones de
préstamo de dinero barato a corto y medio plazo hasta 2016.
Los analistas y los mercados contaban, no obstante, con que el BCE
anunciaría medidas para contrarrestar los malos datos de inflación y
crecimiento (0,2%) registrados en el primer trimestre. Los precios
subieron 0,5% en mayo, según la primera estimación, tras el 0,7% en
abril y el 0,5% en marzo, muy por debajo del objetivo del 2% que fija
anualmente la institución que preside Mario Draghi.
Estos datos, atribuidos en gran parte a fenómenos exógenos como la
caída de los precios de la energía, han llevado al BCE a revisar a la
baja las previsiones de inflación. Ahora baraja un 0,7% para este año
frente al 1% previsto con anterioridad, 1,1% en 2015 y 1,4% en 2016.
También revisó a la baja su previsión de crecimiento del Producto
Interior Bruto (PIB) para este año a un 1%, menos de lo previsto hace
tres meses (1,2%).
Draghi, sin embargo, descartó que se pueda producir en la ‘zona euro ‘
una deflación, un fenómeno ‘infernal’ que entraña la caída generalizada
de precios y salarios. "No vemos a los consumidores posponiendo sus
planes de compra", dijo. Un análisis compartido por el ministro alemán
de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que dijo este jueves que está
"totalmente tranquilo" al respecto.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se "congratuló" de las medidas
"muy dinámicas" adoptadas por el BCE , según su portavoz Gerry Rice.
Por su parte, el ministro francés de Economía, Arnaud Montebourg,
también recibió de buen grado este "primer paso espectacular hacia una
política monetaria más orientada al crecimiento", si bien pidió a los
bancos y a la Comisión Europea que hagan ahora su parte del trabajo.
Para Bruno Cavalier, economista de la firma Oddo Securities, "el
consejo de gobernadores ha hecho todo y no solo una parte de lo que era
razonable esperar". No obstante, estima que la caída de las tasas es más
bien simbólica. A su vez, su colega del banco Berenberg, Holger
Schmieding, no cree que la tasa negativa para los depósitos vaya a tener
mucho efecto, aunque sí lo ve "un mensaje fuerte".
Y es que el " BCE quiere que los bancos le den mejor uso al dinero",
explica. Ahora bien, si se disuade a los bancos de guardar euros en el
instituto emisor podrían buscar invertirlo en otro lugar y en otras
monedas haciendo bajar el valor del euro, apuntan algunos economistas.
Las principales bolsas europeas también recibieron con buenos ojos
las medidas del BCE, al cerrar todas en verde la jornada con excepción
de Londres.