WASHINGTON/BUENOS AIRES.- La directora gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Christine Lagarde, considera que un potencial
'default' de Argentina probablemente no tendría grandes repercusiones en
los mercados debido al relativo aislamiento del país con el sistema
financiero global.
Argentina podría enfrentarse a su segunda suspensión de pagos en
doce años si esta semana fracasan las negociaciones de último minuto con
los tenedores de bonos que no participaron al canje de deuda.
"Si bien un 'default' es siempre lamentable, no creemos que tenga
mayores consecuencias sustantivas en el exterior, en una base mucho más
amplia", afirmó Lagarde, en línea con la percepción generalizada de que
es altamente improbable que una suspensión de pagos tenga fuertes
repercusiones en los mercados emergentes alrededor del mundo.
"El resultado de las decisiones legales que se están tomando en
Nueva York en este momento (...) tienen una mayor importancia", subrayó
la exministra francesa, quien añadió que los principios de la
reestructuración de la deuda y la eficacia de las cláusulas de acción
colectiva "deberán ser revisadas".
El FMI ha dicho que una decisión en favor de los acreedores que no
participaron en el canje, conocidos como "holdouts", haría más fácil
que los inversores de deuda soberana se resistan a aceptar una
reestructuración a la espera de obtener más dinero.
El organismo está actualmente trabajando en un documento que
analizaría las reglas en torno a las cláusulas de acción colectiva, que
permiten que una mayoría de inversores obligue a los demás para que
acepten una reestructuración. El FMI publicará previsiblemente el
documento en septiembre.
Comienza a pagar
Argentina ha comenzado el plan de pagos al
Club de París mediante el abono de 642 millones de dólares (47 millones
de euros) en virtud del acuerdo de pago alcanzado el pasado mes de mayo,
según ha informado el Ministerio de Economía del país
sudamericano.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha precisado que la
deuda total con este foro de acreedores asciende a 9.390 millones de
dólares incluyendo punitorios e intereses (6.955 millones de euros), tal
y como ha informado el periódico argentino 'La Nación'.
En concreto, 4.955 millones de dólares corresponden al capital
(3.670 millones de euros), otros 1.102 millones (816 millones de euros)
son parte de los intereses y los 3.633 millones de dólares (2.469
millones de euros) restantes serían intereses punitorios. El total
adeudado corresponde a obligaciones con 16 países en ocho monedas
diferentes.
El segundo desembolso será de 500 millones de dólares (370
millones de euros) y se realizará en mayo de 2015 --junto a la tasa del
tres por ciento anual fijada para todo el acuerdo-- y el tercer pago
tendría lugar en el inicio del siguiente gobierno, un año después.
Esta deuda se remonta a 1956, cuando Argentina recibió un crédito
por valor de 700 millones de dólares, que se incrementaron hasta los
1.700 millones al termino de la dictadura militar. En el año 2002
Argentina entró en 'defualt' (suspensión de pagos), lo que afectó
también al compromiso adquirido con el Club de París. Finalmente, tras
renegociar en 2014, se acuerda establecer la deuda en 9.700 millones de
dólares (7.185 millones de euros).
El Club de París es un foro informal de acreedores oficiales y
países deudores cuya función es resolver los problemas de deudas
externas de los países en desarrollo y emergentes, coordinando las
formas de pago y de renegociación.
Su creación tuvo lugar en 1956, un año en el que la economía
mundial se recuperaba a duras penas de las secuelas de la Segunda Guerra
Mundial, los movimientos internacionales de capitales no eran
frecuentes y los tipos de cambio eran fijos. Muy pocos países africanos
habían logrado la independencia y el mundo estaba dividido por las
fronteras de la Guerra Fría.
Sin embargo, el mundo occidental estaba impulsado por un fuerte
espíritu de cooperación internacional, de modo que, cuando Argentina
sintió la necesidad de organizar un encuentro con sus acreedores
públicos soberanos para evitar el 'default', Francia propuso realizar
una reunión excepcional en París para resolver el asunto, que duró desde
el 14 hasta el 16 de mayo de 1956.
A día de hoy, el Club de París sigue proporcionando el tratamiento
de las deudas de los países deudores, pero en un mundo completamente
diferente. La mayoría de los países participan en la economía global y
están interconectados por flujos de bienes y capital. La globalización
financiera genera nuevas oportunidades para los países en desarrollo y
los mercados emergentes, pero también crea nuevos riesgos de crisis.
Para las economías emergentes, la deuda soberana es una fuente
menor de endeudamiento. Sin embargo, el acceso de los países de bajo
ingreso a estos mercados está raramente asegurado, por lo tanto, la
ayuda bilateral y multilateral de los países donantes sigue siendo vital
para ellos.