BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) y Estados Unidos (EE UU) reconocieron hoy, en su sexta cumbre bilateral sobre energía, el potencial de la Península Ibérica como "entrada estratégica de gas" para el bloque comunitario, así como la importancia de desarrollar interconexiones para países comunitarios que se encuentran aislados.
"El Consejo reconoce el potencial de la Península Ibérica como punto
de entrada estratégico de gas para la UE", señalaron ambas potencias en
un comunicado conjunto.
Ambas partes destacaron también "la importancia de dar prioridad a un
número selecto de proyectos de infraestructuras críticas para
desarrollar rápidamente interconexiones que acaben con el aislamiento de
cualquier Estado miembro de las redes europeas de gas y electricidad".
La UE y EEUU ya trataron el pasado mes de abril la posibilidad de
colaborar para reducir la dependencia energética europea de Rusia y
recuperaron la idea del presidente estadounidense, Barack Obama, de explorar la posibilidad de exportar gas natural licuado (GNL) estadounidense hacia Europa.
En esta ocasión volvieron a demostrar su disposición a exportar GNL
en el futuro, al considerar que beneficia a la UE y a otros socios
estratégicos.
Esta opción, sin embargo, tiene el inconveniente de que el gas
natural licuado estadounidense resulta todavía muy caro y de que aún no
se ha desarrollado un número suficiente de centrales de conversión en la
UE.
El encuentro de hoy -presidido por la alta representante de la UE,
Federica Mogherini; el vicepresidente de la Comisión Europea para la
Unión Energética, Maros Sefcovic; el comisario de Acción por el Clima y
Energía, Miguel Arias Cañete, y el secretario de Estado de EEUU, John
Kerry-, reiteró además que la "energía no debería ser utilizada como
arma política".
Las partes también estuvieron de acuerdo en que todos los proyectos
que se desarrollen en territorio comunitario "deben cumplir con la
legislación de la UE", en una referencia no expresa al gasoducto South
Stream, cuya cancelación acaba de anunciar Rusia, después de que la UE
pusiese trabas a su desarrollo al considerar que no respetaba las normas
energéticas comunitarias.
South Stream fue impulsado por Moscú desde 2012 con el objetivo de
suministrar gas natural a países europeos a través del mar Negro sin la
necesidad de pasar por Ucrania, pero en la práctica no reduce la
problemática dependencia energética que la UE tiene de Rusia.
En este contexto, ambas partes reconocieron la importancia de que se
avance en otros frentes para la diversificación de fuentes y rutas de
abastecimiento.
Las dos potencias abordaron también la situación en Ucrania y
recalcaron que la integridad territorial, la independencia y la
soberanía del país debe ser respetada, y que el Gobierno de Kiev y los
separatistas prorrusos deben aplicar cuanto antes el protocolo de Minsk,
para detener el conflicto armado, y subrayaron la responsabilidad de
Rusia en este contexto.
En materia de cambio climático y con vistas a la cumbre de la ONU el
año que viene en París, la UE y EEUU reafirmaron su "fuerte
determinación" para lograr un acuerdo legal lo suficientemente ambicioso
como para conseguir que la temperatura media del planeta no aumente por
encima de los 2 grados centígrados.