MADRID.- El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, dijo en una entrevista conjunta con El País, La Repubblica y Le Figaro, que en este momento no ve grandes beneficios en una implementación de un programa de compra de deuda soberana por parte del BCE.
"En una unión monetaria, la compra de bonos lleva
aparejada una serie de problemas", dijo Weidmann, según lo publicado por
El País. "Sus beneficios ahora no serían mayores que los costes. Es
preferible ver primero el efecto de las medidas ya adoptadas y observar
cómo evolucionan los precios en la zona euro".
El BCE ya ha dicho que esperará a ver el efecto de las
subastas extraordinarias de liquidez para revisar posibles nuevas
medidas de estímulo, pero el moderado interés de los bancos en estos
préstamos allana según los expertos el camino para iniciar el programa
de compra de bonos en 2015.
En la entrevista que publica El País, el mandatario del
banco central alemán, en varias ocasiones contrario a las opiniones del
BCE, defendió la independencia de la institución europea y dijo que no
había presión para una actuación rápida por la debilidad de las
economías europeas.
"Yo no la veo (presión para actuar rápido)"; y está
bien que la política monetaria no actúe bajo presión (...) las bajas
tasas de inflación actuales, que probablemente caerán aún más, se deben a
la importante caída del precio de la energía, que funciona como un
pequeño plan de estímulo. Sería muy distinto si hubiera una espiral
negativa de precios y salarios. Por ahora, la política monetaria no debe
reaccionar".
Weidmann definió la situación actual de los precios de
consumo como una "inflación negativa temporal" y no como una "deflación
peligrosa".
Sobre las presiones para que Alemania aumente la
inversión para estimular las economías, Weidmann señaló: "En la
situación actual, un programa de estímulo no sería ni apropiado ni útil.
Es falsa la idea de que un estímulo alemán podría impulsar a toda la
eurozona. Que Alemania invierta en renovar sus puentes no mejorará
sustancialmente la situación en España o Italia".
Weidmann, que reiteró su opinión de que el BCE no debe
intervenir en las políticas de reformas estructurales de los países,
reconoció que el anuncio de Francia de que no cumplirá sus objetivos de
déficit "no fortalece la credibilidad de las normas".
"Habría esperado
una respuesta más clara por parte de la Comisión Europea. Dar la
impresión de que las reglas son negociables es muy negativo".