viernes, 30 de enero de 2015

Grecia provoca una ola antiausteridad en Irlanda

DUBLÍN.- La economía de Irlanda crece y el desempleo baja, pero la llegada al poder de un Gobierno de izquierda radical en Grecia ha reavivado el debate sobre los sacrificios de la austeridad y los recortes.

La victoria de Syriza en Grecia le da un impulso extra a los partidos de oposición, entre ellos el radical izquierdista Sinn Fein, que llevaba meses ganando nuevos apoyos. "Esta carga insostenible de la deuda que se ha impuesto a nuestro pueblo es la principal causa de nuestra miseria económica", ha dicho el líder de Sinn Fein, Gerry Adams, en el Parlamento después de las trascendentales elecciones griegas. "No es solo un problema irlandés. Es un problema europeo. Se necesita una solución europea", ha añadido Adams, que quiere una conferencia sobre la deuda europea como ha sugerido el nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras.
Irlanda estima que su crecimiento en 2014 fue del 4,7%, será del 3,9% en 2015 y que el desempleo caerá hasta un 9,8% este año. El país ya no está asumiendo nuevos préstamos de rescate de la Unión Europea/Fondo Monetario Internacional, pero todavía está enfrascado en el reembolso de los anteriores y el partido Sinn Fein quiere una renegociación, en particular, de los 64.000 millones de euros inyectados en los bancos desde 2008.
A pesar de algunas similitudes, el Gobierno irlandés ha insistido en que no es Grecia y esgrime los datos macroeconómicos positivos.
"Las especulaciones en los medios y las especulaciones políticas van por delante del Gobierno griego", ha dicho Simon Harris, secretario de Estado de Finanzas. "No sabemos exactamente lo que el Gobierno griego va a pedir", ha añadido. Harris también ha señalado que Irlanda ya había reestructurado sus deudas del rescate en cuatro ocasiones para reembolsar antes, recortar las tasas de interés o extender los vencimientos.
Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dicho que la recuperación de Irlanda vive un "buen comienzo", pero se necesitan esfuerzos para poner "la deuda pública en una senda decreciente". 
"Las perspectivas a medio plazo de Irlanda son positivas, pero el estancamiento de la Eurozona plantea inconvenientes", ha señalado el FMI en su último examen post-rescate.
La introducción de nuevas tarifas de agua a partir del 1 de enero de este año, así como una serie de contratiempos políticos en 2014, ha hecho caer el apoyo a los partidos gobernantes a su nivel más bajo en los últimos meses. El impuesto al agua era la última pieza de un paquete de aumentos de impuestos y recortes de gastos de 30.000 millones de euros desde 2008 que ha afectado a todos los ciudadanos, en un país donde el desempleo subió a un 15,1% en 2012.
Este mes, sin embargo, ha habido unas primeras reducciones modestas de impuestos en Irlanda en el primer presupuesto expansivo en siete años y los ministros venden el mensaje de recuperación económica cada vez que pueden.
Sin embargo, las elecciones griegas muestran que unos resultados considerados increíbles "hace cinco años, son ahora una posibilidad", recalca Nat O'Connor, de Tasc, una organización de análisis independiente. "Ahora existe la posibilidad de un cataclismo electoral similar en Irlanda, pero también en Portugal y España", dice. Irlanda se enfrenta a la posibilidad de que ninguno de los dos partidos históricamente dominantes, Fine Gael o Fianna Fail, estén fuera del poder por primera vez desde la fundación del Estado en 1922.
Con unas elecciones generales en 2016, las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda griega serán observadas de cerca en Irlanda.
"Si los griegos reciben algún tipo de oferta mejor por haber votado al Gobierno que votaron, los irlandeses harán lo mismo y dirán que esa es la verdadera respuesta a nuestros problemas", ha dicho el comentarista político Johnny Fallon.
Sin embargo, el economista jefe de KBC Bank, Austin Hughes, dice que hay diferencias entre Grecia e Irlanda. "La lección fundamental es que es necesario tener una economía que genere al menos la promesa de un aumento de los ingresos y del empleo, e Irlanda está, probablemente, en esa etapa", declara. 
"El desafío que afronta el Gobierno es encontrar un equilibrio que haga que la gente sienta que está en el camino correcto, pero que sus expectativas no estén alejadas de lo que la economía puede razonablemente proporcionarles", dice Hughes.

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