DAVOS.- La 45ª edición del Foro Económico Mundial de Davos concluyó hoy con la mirada puesta en el resultado de las elecciones en Grecia y en la transición que tras la muerte del rey Abdalá se abre en Arabia Saudí, que alberga la quinta parte de las reservas mundiales de petróleo.
La
caída del precio del crudo, por debajo de los 50 dólares por barril, ha
sido uno de los temas centrales abordados por los ejecutivos en la
reunión anual de Davos, concebida con el fin de producir soluciones a los problemas del mundo y anticipar hacia donde se dirige el mundo.
El
Foro de Davos se ha convertido adicionalmente para sus 2.500
participantes de este año -todos ellos líderes de la política, los
negocios y la sociedad civil- en una plataforma sin parangón para
establecer contactos y redes.
Si algo queda claro después de 280
sesiones, entre discursos, charlas y debates de gran calidad, es que las
preocupaciones en el terreno económico son profundas y que en muchos
casos están vinculadas con las crisis geopolíticas.
La situación
de la Zona Euro, el efecto que tendrá a lo largo de este año el programa
de compra de deuda lanzado por el Banco Central Europeo (BCE) y las
consecuencias que para la Unión Europea tendría la probable victoria en
las elecciones de este domingo en Grecia -según los sondeos- del partido de izquierda Syriza, concitaron gran parte de la atención.
El
líder de Syriza ha señalado que renegociará el programa de
reestructuración de la deuda con Bruselas, lo que el mundo de la
economía y de los negocios representado en Davos ha considerado que
equivaldría a una ruptura con sus acreedores, en una etapa en la que
Grecia todavía no es capaz de mantenerse sola financieramente.
La segunda gran pregunta que surgió entre los participantes tras el anuncio del BCE sobre la ambiciosa política expansiva que
pondrá en marcha era hasta qué punto servirá realmente para colocar
nuevamente a la UE en los rieles del crecimiento, después de siete años.
Esa
medida proporciona alivio a Italia y Francia, que muchos temen pueden
perder el incentivo para acelerar las reformas estructurales que se les
reclaman.
El telón de fondo es un precio del petróleo en mínimos,
un factor que también puede favorecer la recuperación en vista de la
negativa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de
bajar la producción.
La idea dominante en los debates sobre el
petróleo en Davos es que es probable que los precios no suban
significativamente a lo largo de este año y que esta situación incluso
se pueden mantener por los próximos dos a tres años.
La posición
de la OPEP de no rebajar su producción para forzar los precios al alta
ha sido liderada por Arabia Saudí y los analistas coincidieron en Davos
en que el nuevo rey Salmán bin Abdulaziz mantendrá las políticas de su
predecesor.
La proliferación de conflictos en Oriente Medio
(región petrolera por excelencia) y el norte de África -en Irak, Libia y
Siria, con repercusiones en el resto de países de la región- hace
igualmente difícil pensar en que la válvula del petróleo puede abrirse
mucho más.
Durante las discusiones del Foro, la violencia que
impera en esa parte del mundo y la amenaza terrorista, que ha llegado
hasta Europa -como lo demuestran los recientes atentados de París y el
desmantelamiento de una célula terrorista en Bélgica- fueron justamente
valoradas como amenazas mayores para la estabilidad del mundo.
Durante
su intervención en el Foro, el presidente de Francia, François
Hollande, cifró en 40.000 los terroristas que el grupo yihadista Estado
Islámico moviliza actualmente y afirmó que 10.000 de ellos son
extranjeros, gran parte reclutados en Europa.
Sin duda, el
conflicto en el este de Ucrania y la confrontación que ha provocado
entre Rusia y Occidente fue un tema geopolítico al que los participantes
del Foro de Davos volvieron y una y otra vez.
En momentos en que
los combates nuevamente adquieren graves proporciones, los
representantes rusos en Davos repitieron en varias sesiones que el camino de las sanciones adoptado por Estados Unidos y la Unión Europea está equivocado.
El
primer viceprimer ministro ruso, Igor Shuvalov, dijo en Davos que el
problema de la relación entre su país y los países occidentales está en
que estos últimos "quieren poner a Rusia en el lugar que ellos quieren".
"Si
Occidente y Rusia no hablan como iguales para buscar soluciones, sino
que se le dice (a Rusia) que vaya a una esquina y que los otros le
enseñarán cómo debe hacer las cosas, a través de sanciones, entonces
esto puede durar décadas", advirtió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario