DUBLÍN.- El gobernador del Banco de
Inglaterra criticó el miércoles por la noche la política de austeridad
de la Eurozona, avisando de que se corre el riesgo de "una nueva década
pérdida" si los países ricos no ayudan a los pobres.
"La Eurozona ha sido relativamente tímida a la hora de construir las políticas e instituciones necesarias para aportar una prosperidad duradera a sus ciudadanos", estimó.
Carney abogó por la construcción "de instituciones que permitan compartir riesgos, como las que existen en las uniones monetarias de éxito".
"A día de hoy, el progreso en materia de reformas estructurales en la Eurozona es desigual (..) Los responsables de Europa no prevén una unión fiscal en el marco de la unión monetaria. Esa timidez tiene un coste", avisó.
"No es momento de medidas a medias", prosiguió Carney, cuyos comentarios podrían incomodar a una Alemania que se muestra firme en no rebajar la exigencia de reformas a Grecia.
En el marco de una unión fiscal, las decisiones sobre recaudación y gasto de impuestos se toman por instituciones conjuntas.
"Es difícil no llegar a la conclusión de que si la Eurozona fuera un país, la política fiscal sería claramente más favorable", añadió Carney.
Mark Carney mostró su inclinación a que se materialice la unión fiscal en los países de la unión monetaria. Carney lamentó en esta ciudad que los líderes de la zona euro no contemplen aún la creación de una unión fiscal como parte del grupo, una política que retrasa la recuperación.
Los medios de prensa irlandeses reflejan este jueves las declaraciones del titular en Dublín, donde advirtió que los 19 países que comparten el euro se enfrentan a otra década perdida si sus dirigentes no modifican las estrategias económicas.
Ante la crisis, Carney -gobernador también del Banco Central de Canadá de 2008 a 2013-, aseguró que la zona euro se comporta con cierta timidez al acometer reformas necesarias e instó a sus dirigentes a crear mecanismos para compartir la soberanía fiscal.
Carney celebró la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de iniciar un programa de compra masiva de deuda soberana.
El BCE anunció el pasado jueves un plan de compra de deuda privada y pública de 60 mil millones de euros mensuales, que comenzará en marzo y se extenderá hasta septiembre de 2016.
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