NUEVA DELHI.- La administración de Narendra Modi dio hoy el tiro de gracia a la
Comisión de Planificación, un ente de perfil socialista creado en 1950
por el primer jefe de gobierno de la India, Jawaharlal Nehru.
Fuentes oficiales citadas por la agencia de noticias PTI refirieron
que, cambiadas ya desde hace días las funciones y objetivos del
organismo, desde la fecha este comenzará a llamarse Instituto Nacional
para la Transformación de la India.
A menos de tres meses de asumir el cargo, en su discurso por el Día de la Independencia Nacional (15 de agosto), Modi anunció que sustituiría la Comisión de Planificación por otra capaz de actuar acorde con el mundo económico contemporáneo.
Ese órgano fue creado en 1950 por Nehru para promover el rápido aumento del nivel de vida de la población mediante la eficiente explotación de los recursos, el aumento de la producción y la garantía del pleno empleo.
Aunque muchos lo consideran una obsolescencia heredada de la era del socialismo soviético que no sintoniza con la estructura federalista de la India, otros alegan que, en las condiciones particulares del país, sigue siendo un necesario mecanismo regulador de la producción y la distribución.
Uno de los principales críticos de la decisión de Modi es el Partido Comunista de la India-Marxista (PCI-M), entre otras razones porque el primer ministro la adoptó sin discutirla en el Parlamento ni consultarla con los partidos políticos y otras entidades interesadas.
Una de las objeciones esenciales de la izquierda india en general es que la eliminación de la Comisión se alinea con una imperante visión neoliberal según la cual no es ni siquiera necesario dar una apariencia de planificación en una economía únicamente orientada al mercado.
Según el PCI-M, el rol del ente ya se había reducido bastante bajo las políticas neoliberales de las pasadas dos décadas. "Lo que ha hecho Modi es darle entierro final", lamentan.
Su desmantelamiento -objeta- implicará entre otras cosas que las asignaciones presupuestarias a los estados las decida el Ministerio de Finanzas, lo cual conducirá a una excesiva centralización y traerá un sesgo político en las decisiones referidas a los estados.
Este es un movimiento arbitrario y ad hoc que solo garantizará más ganancias al capital privado a expensas de recortar la ya exigua asignación de recursos a los programas de bienestar popular, alertan los comunistas.
A menos de tres meses de asumir el cargo, en su discurso por el Día de la Independencia Nacional (15 de agosto), Modi anunció que sustituiría la Comisión de Planificación por otra capaz de actuar acorde con el mundo económico contemporáneo.
Ese órgano fue creado en 1950 por Nehru para promover el rápido aumento del nivel de vida de la población mediante la eficiente explotación de los recursos, el aumento de la producción y la garantía del pleno empleo.
Aunque muchos lo consideran una obsolescencia heredada de la era del socialismo soviético que no sintoniza con la estructura federalista de la India, otros alegan que, en las condiciones particulares del país, sigue siendo un necesario mecanismo regulador de la producción y la distribución.
Uno de los principales críticos de la decisión de Modi es el Partido Comunista de la India-Marxista (PCI-M), entre otras razones porque el primer ministro la adoptó sin discutirla en el Parlamento ni consultarla con los partidos políticos y otras entidades interesadas.
Una de las objeciones esenciales de la izquierda india en general es que la eliminación de la Comisión se alinea con una imperante visión neoliberal según la cual no es ni siquiera necesario dar una apariencia de planificación en una economía únicamente orientada al mercado.
Según el PCI-M, el rol del ente ya se había reducido bastante bajo las políticas neoliberales de las pasadas dos décadas. "Lo que ha hecho Modi es darle entierro final", lamentan.
Su desmantelamiento -objeta- implicará entre otras cosas que las asignaciones presupuestarias a los estados las decida el Ministerio de Finanzas, lo cual conducirá a una excesiva centralización y traerá un sesgo político en las decisiones referidas a los estados.
Este es un movimiento arbitrario y ad hoc que solo garantizará más ganancias al capital privado a expensas de recortar la ya exigua asignación de recursos a los programas de bienestar popular, alertan los comunistas.
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