jueves, 1 de enero de 2015

El economista Piketty rechaza la Legión de Honor y pide al gobierno francés que se ocupe de la recuperación

PARÍS.- El economista francés Thomas Piketty, cuya obra "El capital en el siglo XXI" está teniendo una enorme repercusión internacional, decidió rechazar la Legión de Honor, la máxima condecoración en Francia, y pidió al gobierno que se ocupe de la recuperación económica.

"Acabo de enterarme de que me habían propuesto para la Legión de Honor. Rechazo esta nominación ya que no creo que sea el papel del gobierno decidir quién es honorable", dijo Piketty.
"Más valdría que se dedicaran a la recuperación del crecimiento en Francia y en Europa", añadió.
Piketty, que estuvo un tiempo próximo al Partido Socialista, critica regularmente la política del presidente François Hollande. Lamenta, entre otras cosas, que éste haya enterrado su promesa de campaña de emprender una profunda reforma fiscal, en el sentido de una mayor progresividad de los impuestos, un proyecto muy defendido por el economista.
"Nadie me avisó de esta nominación, si no les habría disuadido de hacerlo", añadió el economista.
Geneviève Fioraso, secretaria de Estado de Enseñanza Superior e Investigación, dijo haber "tomado nota" de su rechazo y subrayó la "excelencia" del trabajo del economista.
"Tenía la libertad de aceptar o no esta distinción y decidió rechazarla, de lo que tomamos nota", dijo.
Para rechazar la Legión de Honor francesa, basta con no acudir a la ceremonia en la que se entrega esta distinción. Entre las personas que no han aceptado el premio están la actriz Brigitte Bardot, la científica Marie Curie y los escritores Albert Camus y Jean-Paul Sartre.
El economista, considerado como uno de los mayores especialistas en la cuestión de la desigualdad, figura en la promoción del 1 de enero de la Legión de Honor, publicada este jueves en el Diario Oficial, con el rango de caballero, junto con el economista y premio Nobel Jean Tirole o el premio Nobel de Literatura 2014, Patrick Modiano.
Piketty, que ha vendido 1,5 millones de ejemplares de su libro, pretende demostrar la tendencia espontánea a una concentración creciente de la riqueza en pocas manos.
El libro de 969 páginas, que se apoya en estadísticas que empiezan en el año 1700, sostiene que el crecimiento no corrige naturalmente las desigualdades. Según el autor, la acumulación de capital crece a un ritmo mayor que la expansión de la economía, por lo que los ricos se vuelven cada vez más ricos.
Según Piketty, esta evolución representa una "amenaza para las sociedades democráticas y para los valores de justicia social sobre las que están fundadas".
El economista, director de estudios de la prestigiosa Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales y profesor de la Escuela de Economía de París, afirma que el remedio sería imponer un impuesto progresivo sobre el capital.
Traducida en varios idiomas, la obra ha sido un éxito, en particular en Estados Unidos, donde sus explicaciones sobre la creciente desigualdad tuvieron una gran repercusión y donde fue recibido por asesores del presidente Barack Obama y alabado por Paul Krugman y Joseph Stiglitz, ambos ganadores del Nobel de Economía.
La recepción del libro ha sido más tibia en Francia, sobre todo por parte del gobierno, pese al gran número de ventas. El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, aseguró haber leído "El capital en el siglo XXI" y dijo que mantendrá un encuentro con su autor en "los tres próximos meses". 

¿Profeta?

El 2014 fue el año de la consagración en todo el mundo para el economista francés Thomas Piketty, quien vendió un millón y medio de ejemplares de "El Capital en el siglo XXI", a la espera de obtener un éxito igual en su propia tierra, Francia.
Para el diario The Guardian, Piketty es sin duda "el intelectual más influyente del año 2014", para el Financial Times "El Capital en el siglo XXI" es "el libro de economía del año", mientras que la revista The Economist lo calificó como el "Marx del siglo XXI".
La prensa alemana también le dedicó varios elogios por su obra, traducida a varios idiomas, incluido el chino.
Piketty, considerado uno de los grandes especialistas de la cuestión de la desigualdad, fue recibido por los consejeros de Barack Obama, alabado por Paul Krugman y Joseph Stiglitz, ambos ganadores del nobel de economía, e incluso expuso sus tesis en una conferencia vía Skype a Bill Gates.
Sus éxitos casi supusieron una sombra sobre la otra figura de las ciencias económicas de Francia, el Nobel de 2014, Jean Tirole.
"El Capital en el siglo XXI", con 969 páginas, que se apoya en estadísticas que van desde 1700.
Para demostrar su tesis, Piketty cita a economistas pero también a novelistas como Balzac, Jane Austen y el egipcio Naguib Mahfuz, a series de televisión como Dr. House e incluso los dibujos animados "Los Aristogatos".
Sus populares seminarios le valieron el calificativo de "'rock star' de la economía", y llevaron a la revista Business Week a retratarlo en su portada jocosamente como un ídolo adolescente.
Sin embargo, pese a su éxito en la cultura popular, su trabajo fue puesto en duda por muchos economistas que cuestionan la imposición de un gravamen a la riqueza.
En Francia, su libro publicado en septiembre de 2013, que se consolidó como un éxito de ventas, recibió críticas virulentas de intelectuales más conservadores y fue calificado como un manifiesto político más que un trabajo científico.
El académico llegó a las portadas de la prensa francesa y nunca ha sido reconocido por el premio de economía que entregan los periodistas del sector.
En tanto, el gobierno socialista, que efectúa un viraje hacia una política más "social-liberal", tampoco recibió de forma muy cálida la publicación.
Sin embargo, una explicación es que sus tesis encuentran un mayor eco en el mundo anglosajón, donde las desigualdades son más marcadas.
Mientras que en Estados Unidos un 1% de la población controla cerca del 20% de los ingresos del país, según datos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en Francia una franja más alta del 8% controla esta misma cantidad de recursos, una cifra que se mantiene estable desde hace 30 años.

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